martes, 5 de marzo de 2019

SOLO PARA PURES: LAS 30 MEJORES PIEZAS DEL GENERO MUSICAL BOLERO



Dedicado al escritor venezolano Aníbal Nazoa
quien nos dejó la siguiente recomendación:
“Si quieres seguir la pista de los pueblos,
sigue su pista de baile”.



A quienes nacimos en este Abya Yala sorprendente, nos configura este género musical. Un investigador y estudioso melómano al que conocemos como “Chema” lo llama “El Lenguaje de América” y así nombra a su programa de radio. Al referirnos a los géneros y ritmos musicales del mundo, el Bolero jamás puede ser dejado de lado.


Como toda actividad artística, tiene sus entendidos, especialistas, estudiosos y hasta sus académicos que se ocupan de investigarlo, sin embargo, donde se prueba un género musical es en el gusto popular y éste que llamamos bolero, cuenta con millones de personas que siguen sus incidencias, sus asaltos emotivos, sus amoríos. Se cantan, se bailan, se corean, se escuchan boleros en todas partes de la Pachamama y en sitios donde se encuentre el pueblo. También es un fiel acompañante de la soledad.

¿Quién, en nuestro Abya Yala, no se ha enamorado con una pieza de bolero? ¿A quién no le recuerda un amor? ¿Quién no se ha conmovido con una o varias de sus letras? ¿Y la música, acaso alguna vez no les ha tocado el alma? ¿Y qué del despecho que les ha sucedido? ¿Cuánta de la juventud de hoy, atrapada en otros ritmos, no ha sido jalada a esta identidad musical que le pertenece?

En reconocimiento a este carnaval venezolano de 2019, colmado de victorias por la paz y la democracia, en el cual, de seguro aprovecharemos para bailar algunas rumbitas de siempre, se colará travieso algún bolero que dos o tres parejas de puretos y puretas presentes, se atreverán a bailar para honrar el pasado en el presente.

Quedan excluidas de este concurso dos piezas de notoriedad incuestionable para el género, por no encontrarse en el ámbito afrocaribeño: la llamada “Bolero” del francés Maurice Ravel y la titulada “Till There Wash You” compuesta por Meredith Willson e interpretada por el legendario grupo The Beatles. 

Para desafiar, una vez más el gusto de nuestros lectores y lectoras, colocamos las piezas de bolero que consideramos más destacadas en la historia de la música, con la seguridad y el deseo de haber dejado por fuera, una o varias de su preferencia. Vamos, háganse su lista… viejitos… pónganse a recordar… viejitas... 

TRIGÉSIMO PUESTO 

BLANQUÍSIMA GAVIOTA
Compositor: Alí Primera Rossel (Venezuela)
Comenzando con el batacazo, diremos que esta es una de las piezas de bolero más bellas jamás compuesta. Su hermosura radica en la extraordinaria concepción musical, el delicado arreglo, la poesía anidada en metáforas que cumple con el requisito de la sencillez. La comparación del ave marina con la mujer es limpia, sensible, elevada. Es un sentido ofrecimiento de amor a la vida natural, al mar, al infinito. También refiere la digna espera por la partida resignada y sin retorno. La justa colocación del autor en la fuerza de su canción política, resta reconocimiento a este portento de arte musical que seguramente, no pocas parejas bailaron, luego de concluir enamoradas en un círculo de estudios. En el repertorio del artista, quien fue un consumado cultor del género, hay otras piezas musicales de similar origen. Les invitamos a encontrarlas.

VIGÉSIMO NOVENO PUESTO 

BUSCO TU RECUERDO 
Autor: José Barros (Colombia)
Pasional pieza de sencilla narrativa que describe la forma cómo el recuerdo sin consuelo toma sentimientos en quien sabe perdida a la persona amada. Su tono autocrítico la hizo de preferencia para mujeres de los años 50 y 60 que gustaban escuchar disculpas musicales de amados arrepentidos. Tuvo en el cantante boricua Charlie Figueroa a su interprete emblemático. Quienes se han atrevido a interpretarla, siempre son referidos a este artista fallecido muy joven, aunque dejó un estilo de cantar seguido luego por cantantes como el boricua Daniel Santos llamado “El Inquieto Anacobero” y el colombiano Tito Cortés, llamado “El Ciclón del Pacífico”. El clarinete, la trompeta con sordina y demás instrumentos de viento que acompañan al cantante son ya un clásico en el oído musical de los afrocaribeños y afrocaribeñas que la siguen disfrutando.

VIGÉSIMO OCTAVO PUESTO 

SOÑANDO CON PUERTO RICO
Autor. Bobby Capó (Borinquen)
Las culturas afrocaribeñas son orales, movidas, percusivas. Las caracteriza el verbo, la locuacidad, el sonido. Se mueven constantemente y no pocas veces buscan bases físicas para tocar cualquier clave encontrada en el ritmo interno, sean cultores de la música o no. Hablantes por naturaleza, ese despliegue impide reconocer como fructífera la contemplación, la meditación, la reflexión. Por esto el bolero refiere momentos en que la realidad del amor nos sienta de culpables a resentidos para que contemplemos lo que nos ha pasado; llega a ser elixir para curar el despecho; tiene que ser hablado, dicho, hasta gritado, poco concebimos a un bolero instrumental, una pieza que no tenga narrativa oral, no la sabemos apreciar sin palabras aunque la lleguemos a bailar. Es el caso de este grandioso bolero donde la añoranza por el sitio donde se nace tiene a todas las artes a la orden. Honra ese momento con sentimiento afrocaribeño. Interpretada por varios cantantes, queremos destacar la soberbia composición instrumental, ejecutada por la orquesta del músico estadounidense de origen boricua José Mangual Junior en su excepcional trabajo denominado “Tributo a Chano Pozo”; la pieza es bolereada por monumentales toques de conga, por el bajo y la guitarra acústica interpretadas por el músico estadounidense de origen boricua Salvador Cuevas. Único.

VIGÉSIMO SÉPTIMO PUESTO 

MUCHO CORAZON
Autora: Emma Elena Vadelamar (México)
Esta canción es un reclamo directo. Un desafío planteado, una búsqueda interna de falla, de error, de pecado para enmendarlo como reto. El corazón como centro del sentimiento es el personaje principal, a quien apela la poeta como defensora del alma abierta a la sinceridad. Es el levantamiento de la bandera de la fe, de la confianza en el amor atesorado en la lealtad. Mientras se reta al desprendimiento se quiere mostrar que del otro lado no hay nada que buscar, porque no se necesitan esas razones para amar. Tiene la musicalización de las grandes orquestas de los años 50 que acompañaron fastuosas presentaciones de cabaret. El cantante cubano Benny Moré, a quien llamaron “El Bárbaro del Ritmo”, monumentalizó esta pieza, con una voz difícil de pasar por alto al citar a los grandes interpretes de todas las épocas.

VIGÉSIMO SEXTO PUESTO 

Y SIN EMBARGO TE QUIERO 
Compositores: Antonio Quintero, Rafael de León y Manuel Quiroga (España)
Es una canción del género español de la copla cuya genialidad, profundidad y delirio le ha merecido la interpretación en otros géneros musicales. Sostenida en la brillante música de Manuel Quiroga, la letra de Quintero y de León se sumerge en una vorágine intensa de sentimientos contradictorios hacia un amor sin remedio que, a pesar de los avatares, es capaz de seguir ofreciendose con dignidad. Debe ser muy difícil interpretarla con la suficiencia que exige su profundo sentimiento, debido a los fraseos andaluces que es imposible dejar a un lado. La mejor conversión al género bolero que conozcamos la realizó la cantante mexicana Toña La Negra, la cual se nos deja escuchar insuperable.

VIGÉSIMO QUINTO PUESTO 

ALMA CON ALMA 
Compositor: Juan Rafael “Juanito” Márquez (Cuba)
La fuerza arrolladora que tuvo la fusión llamada Salsa entre los años 70 y 80 del siglo XX, impidió que muchos boleros de siempre se colocaran en la pista de baile de aquellas juventudes, debido a que las rumbas copaban la tendencia. Abuelos y abuelas llegaron a recomendar algunos que dieran continuidad a la tradición pero pocos fueron atendidos. Sin embargo, boleros como el que nos ocupa, se colaron para identificar un espacio que los radialistas llamaron: “Boleros Salseros”. Su temática es la declaración de amor apasionada que exalta el sentido de pertenencia de la otra persona. Interpretado por el cantante boricua Adalberto Santiago con la orquesta del “manazas” Ray Barreto, puede considerarse a esta pieza, un puente que sirvió a los abuelos y abuelos de hoy para reconocer el gusto de los bisabuelos y bisabuelas de ayer. ¡Suénala viejito!

VIGÉSIMO CUARTO PUESTO 

HOLA SOLEDAD 
Autor: Ramón Bautista “Palito” Ortega (Argentina)
Célebres son las piezas musicales de cualquier género donde el poeta nos pone a dialogar con la soledad, ésta es una de ellas. Su autor se ha caracterizado por narrar simples historias en melodías sencillas, sin embargo, en este espacio armónico logró visualizar con brevedad una historia de dolor y encierro relevante que los artífices del bolero convirtieron en un clásico. Aprovecharon sus pausas entre verso y verso para labrar la sensación de sosiego, de espera, mientras se describe en la letra el desespero de quien no es libre y está atrapado por sentimientos que no logra apaciguar. El cantante cubano Rolando La Serie nos legó una versión difícil de igualar.

VIGÉSIMO TERCER PUESTO 

RELOJ 
Compositor: Roberto Cantoral (México)
Imposible de excluir a este clásico de la pista de baile de los bisabuelos y tatarabuelas. Se trata de un diálogo con el tiempo de espera del amor anhelado. Se le canta al objeto de las horas con provocación a recordar la espera en la parada de trenes o autobuses, o en algún café o en cualquier bar o taberna. La mejor versión, que podemos considerar inmortal, la realizó el cantante chileno Lucho Gatica, quien en la década de los años 60 se llevó los corazones de todas las mujeres de nuestro Abya Yala. Dos anécdotas podemos contar en el caso de Venezuela. Hubo un programa en aquel tiempo llamado: “El Show de Saume” que contrató al afamado cantante y finalizó en una avalancha femenina que asaltó el escenario para descomponer su suéter y su engominado cabello. La otra da cuenta de los Clubes de Abuelos y Abuelas que se han formado en los últimos años, donde esta pieza es de segura interpretación. ¡Cédulas que caen, señores!

VIGÉSIMO SEGUNDO PUESTO 

AMORCITO CORAZÓN 
Compositor: Manuel Esperón González (México)
No en vano el famoso trío mexicano Los Panchos la colocó como una fija en su querido album “Época de Oro”. Todos los tríos de la Pachamama que cultivan el género, la tienen como una segura petición de sus audiencias. Es tal vez la canción más cantada en películas del cine mexicano de la época, por la cual es conocida en todas las patrias del Abya Yala. La interpretación más popular la realizó el cantante mexicano Pedro Infante, quien aprovechó su participación en la cinematografía para dejarla como un clásico a ser colocado por los pueblos en sus fiestas, cuando la cosa se pone sentimental y se cuenta con una guitarra. Versa acerca de una petición a la mujer amada que trasciende a la declaración. Es la oniria que gobiernan los deseos más sencillos, generados por el cariño a una mujer en la querencia de un beso.

VIGÉSIMO PRIMER PUESTO 

ANGÉLICA 
Compositor: Plácido Acevedo (Borinquen)
Poco conocida por las audiencias, es quizás una de las piezas musicales de mejor arreglo para un cantante. Su armonía la coloca en el sitio predilecto de quienes gustan del bolero muy pausado, seductor, de elevada tesitura emocional. Busca a través de un nombre femenino, evocar lo celestial, dibujando a la mujer a profundidad para sacarla del pentagrama a fuerza de un conjunto de peticiones sensuales que la exponen como única en el mundo. Concedida a la genial e inconfundible voz del cantante boricua Ismael Rivera, es difícil encontrar en su repertorio, de los muy pocos boleros que interpretó, una vocalización tan acoplada al deseo de los amantes del género. Hace sentir que se tiene a una Angélica en la mujer amada.

VIGÉSIMO PUESTO 

PUERTO CABELLO 
Compositor: Italo Pizzolante (Venezuela)
Quienes la han escuchado y van al sitio evocado sienten su musicalidad. Muchas canciones están dedicadas a terruños donde compositores y compositoras se conmovieron; ésta es una de las más emocionadas. Refiere sitio, contexto, lugar sumergido en ese romanticismo de añoranzas que no pasa con el tiempo, que está allí, con sus descripciones literarias y musicales intactas. Huele a mar, a costa, a sal de amores suspendidas en una visión inmortal de cariño. Si algún muchacho quisiera enamorar a una muchacha, ésta es una de esas canciones indicada: a capella y en baja voz al oído de la pretendida es infalible. La mejor versión al bolero la realizó el cantante venezolano Felipe Pirela a quien llamaron “El Bolerista de América”.

DÉCIMO NOVENO PUESTO 

SE ME OLVIDO TU NOMBRE 
Autor: Raúl René Rosado (Borinquen)
Es el bolero de la revancha pasiva, distanciada, en lejanía. Si atendemos al poema del escritor argentino Jorge Luis Borges que otorga imposibilidad al olvido, es lo que nos plantea esta pieza musical. De narrativa atrayente para la pasión amorosa, de sentir común, de solidaridad sentimental, obliga a la otra persona, una mujer, a pensar si en realidad ha sido olvidada. La metáfora no carece de genialidad, ni de altura, ni de alma, aunque denota al picaflor que recuerda los amores pasados. En los años 60 del siglo XX ganó popularidad radial. Como pieza que obliga a demostrar estilo, ha sido favorita de cantantes que le dedican pasión. La versión más recordada la hizo con mucha suficiencia vocal el cantante cubano Roberto Ledesma.

DÉCIMO OCTAVO PUESTO 

EN UN BESO LA VIDA 
Autores: Carlos Di Sarli y Héctor Marcó (Argentina)
Varios boleros, incluso unos muy destacados y queridos, provienen del genero musical argentino llamado tango; éste es quizás uno de los más apreciados. Tiene al acto del beso como personaje principal y al compromiso eterno de amarse como guión. Las metáforas narradas en la pieza para dar forma a los sentimientos son, como en muchos tangos, de una elevación suprema. Se encuentra la experiencia primeriza del beso, el inolvidable reconocimiento femenino como educadora y la consternación llena de dignidad por la existencia que se honra. Bailable como tango, transformado en bolero también llama a la contemplación de los distintos contextos donde se expone la pasión amatoria. Hay una soledad incluida en la tesitura poético-musical, lograda con una fusión que conmueve. El cantante cubano Orlando Contreras lo ejecutó con visos de eternidad, sin embargo, el trovador venezolano Yordano Di Marzo la aproximó a generaciones recientes con innegable genialidad.

DÉCIMO SÉPTIMO PUESTO 

DOS GARDENIAS 
Compositora: Isolina Carrillo (Cuba)
La flor como tema y la mujer compositora. La dulzura con que se trata el asunto amoroso en esta pieza musical es sublime. La mujercidad habida en el símbolo de las flores como metáfora del tiempo amatorio es notoria. Refiere, de manera espiritual, todo lo efímero que puede ser el tiempo como advertencia, como vigilancia, como final o como principio del olvido. La compositora le otorga un poder amatorio a las flores digno de deidades. Es, sin lugar a dudas, una canción ecológica porque se puede interpretar como una traición a la naturaleza si hay deslealtad al amor. El boricua Daniel Santos y los cubanos Ibrahim Ferrer y Vicentico Valdez se disputan la mejor versión en el gusto de los melómanos populares. Tal vez gana el primero por su bien ganada leyenda en las rocolas. Sin embargo, el cantante boricua Angel Canales, apartado por un instante de su génesis rumbera, realizó una admirable versión de gitanidad fabulosa.

DÉCIMO SEXTO PUESTO 

PERDÓN 
Compositor: Don Pedro Flores (Borinquen)
Es otra de las piezas que accedió a las rocolas y por ende al gusto popular, en la voz del cantante boricua Daniel Santos. Trata el eterno tema en que se ha faltado al amor y se manifiesta con urgencia el desagravio. Parece contener en la narrativa, todos los ingredientes para que la persona que faltó sea perdonada. Además, al final, nos hace caer en cuenta de que también es un llamado al retorno, a cesar la lejanía, la distancia; altamente recomendable para casos de separación transitoria y duda. Aunque se puede bailar, es más para ser escuchada porque hace destacar la voz de los interpretes. El cantante mexicano Marco Antonio Muñiz hizo una versión de este tema que es considerada una joya de la vocalización. Seguramente el Anacobero Santos le dio reconocimiento.

DÉCIMO QUINTO PUESTO 

NOSOTROS 
Autor: Pedro Junco (Cuba)
Hay estrenos de piezas musicales que generan aceptación sosegada, otros incitan al reconocimiento efusivo y los hay que llevan al público a la apoteosis admirativa llenos de vivas y aplausos como es el caso de esta obra del arte musical. Aromada con el danzón imperante en la época, cuando su autor la interpretó por vez primera, se llevó el corazón de los asistentes quienes le dieron divulgación y popularidad inmediata. Querida por varias generaciones afrocaribeñas, la canción narra el adiós amoroso con el asombro sentimental de que la ruptura queda, genialmente, inexplicable. Esta ausencia de causa es de obligado recuerdo y conmovida percepción. La versión inmortal la ejecutó para todas generaciones la legendaria Orquesta Aragón de Cuba.

DÉCIMO CUARTO PUESTO 

TU VOZ 
Compositor: Ramón Cabrera Pavón (Cuba)
Es una de esas piezas musicales que parecen hechas a la medida de una cantante, en este caso la incomparable cubana Celia Cruz. La voz se pasea por la poética de la pieza como un ave sonora sobre un paraíso de notas musicales indiscutiblemente afrocaribes. Posee son, tiene rumba entre su avalancha indetenible de armonías bolerísticas. Hace sentir que ambas voces: la voz del tema y la voz de Celia sean una sola añoranza amatoria. Como protagonista, la voz anhelada se transforma en una personalidad que trasladada a cualquier realidad amorosa que esté escuchando, se relaciona, se hace propia, porque las metáforas dedicadas a describir la voz son de una altura y un emocionar de estrellas. ¿Cuántas veces le habrán pedido esta canción a Celia en los distintos escenarios donde se presentó? Los de la Sonora Matancera, por varios años, fueron testigos.

DÉCIMO TERCER PUESTO 

INOLVIDABLE 
Compositor: Julio Gutiérrez (Cuba)
Es quizás el más destacado bolero dedicado al acto amoroso que quiere recordar; y miren que los hay con este tema y muy buenos. La clásica e inmortal versión del boricua Tito Rodríguez le otorga una estatura de culto musical sin igual. La musicalización lograda entre instrumentos de viento y la moruna flauta conforman una obra de arte de calidad indiscutible y mundial. Como toda la música de Tito, esta canción invita desde el inicio al baile; y es posible que sea la pieza de bolero más bailada en los años 60, con la que de seguro se enamoraron muchas de las bisabuelas y bisabuelos. Aún hoy, escucharla, es imaginarse de inmediato a una persona con quien darse a la magia del baile. El cantante brasileño Roberto Carlos logró una versión en los años 70, que la evocó con significativa calidad interpretativa.

DÉCIMO SEGUNDO PUESTO 

AUNQUE ME CUESTE LA VIDA 
Compositor: Luis Kalaff (Quisqueya)
Es la canción de la búsqueda incansable, del amor contrariado, del anhelado “sí”. Bailada y bailable al cien por ciento, copó los salones de los años 50 y 60 con calidad y popularidad para el recuerdo, además, por el logro de que ninguna mujer se quedara sentada con solo llegar al oído del bailante. A muchas les fue cantada al oído, aunque les hubiese gustado cantarla a riesgo del machismo del momento que lo impedía. Es cita musical obligada por muchos de los llamados músicos nocturnos, aunque su versión inmortal la ejecutó a voz extraordinaria e imperecedera, el cantante quisqueyano Alberto Beltrán quien le dio temple, vigor afrocaribe, aquiescencia, cobijado por las trompetas de la Sonora Matancera. Da gusto escucharla en la voz bajita de una abuela, cuando su alma se llena de recuerdos.

DÉCIMO PRIMER PUESTO 

LA BARCA 
Compositor: Roberto Cantoral (México)
No hay interprete del género musical bolero que no haga espacio a esta incomparable obra para la interpretación. Es tal vez la que mejor profundiza el tema de la despedida, en donde la presencia del agua cobra protagonismo como vaivén de luchas amorosas. En tan corto tiempo literario, su autor logra plasmar un cúmulo de sentires que son dominados por la poética entre presencia y ausencia que median la espera. Tiempo, espacio, añoranzas, anhelos, melancolías, distancia son palabras clave de metáforas encadenadas al corazón de la población abuelística afrocaribe que adora sus armonías y las bailó de joven. Es otra canción que llevó a la significación artística, el reconocido cantante chileno Lucho Gatica con su suave voz.

DÉCIMO PUESTO 

SAMBA PA’TI 
Autor: Carlos Santana (México)
Desde las exaltaciones del Rock Latino, donde ha tenido la honra de ser el genuino precursor, justo al nacer el año 70 del siglo XX, su creador envía este bolero instrumental a las pasiones de una generación juvenil que la disfrutó bailada en un ladrillito, para reivindicar el acto de enamorarse en buena lid, practicando además la paz, en una realidad mundial donde la humanidad buscaba (y aún busca) sacudirse los horrores de la guerra. La guitarra ejecutada en toda su territorialidad armónica es de leyenda con punteos celestiales. Está incluida en el trabajo musical llamado “Abraxas”, cuya polémica portada fue censurada en varios países, por representar una ruptura con visiones conservadoras acerca del cuerpo de la mujer. La samba que se describe en la parte final de la pieza consagra el nombre. El cantante y guitarrista boricua José Feliciano le brindó literatura con su voz y su extraordinaria ejecución.

NOVENO PUESTO 

VIDA CONSENTIDA 
Compositor: Homero Parra (Venezuela)
Se requería una voz firme, armoniosa y muy afinada como la del cantante cubano Lino Borges, que interpretara un bolero tan singular en su composición. La primera parte tiene tres temperaturas armónicas diferentes caracterizadas por la brevedad, que nos llevan al sosiego rítmico propio del género. Y la segunda parte nos eleva a la grandeza vocal en dos climas distintos que confluyen en una interpretación infinita. Se aconsejaba su baile si el objetivo era la declaración amorosa: se le consideraba letal a cualquier “no”. Su tema es la adoración femenina absoluta. La metáfora entre mujer y canción es el centro del sentimiento. Tuvo su mayor popularidad en los años 60. Ninguna abuela o bisabuela lo puede escuchar hoy, sin lanzar un suspiro.

OCTAVO PUESTO 

TABOGA 
Compositor: Roberto Fábrega (Panamá)
Una de las genialidades de este bolero está en que combina las clave del género con un sutil aroma de cumbia que se desata en su segunda parte. Es de las canciones dedicadas a un sitio donde lo esplendoroso se despliega para el asombro y la comparación con la mujer. Bailable ciento por ciento, es una canción precursora de los mosaicos rítmicos realizados por las grandes orquestas de la música afrocaribe que incluían canciones con varios estilos y géneros en un sólo surco. Se requiere voz tenor para sostener su comienzo muy sonoro. Ha sido versionada en varios estilos, desde el cabaret donde imperaba el mambo, hasta los salones de salsa. A las más cercanas abuelas y abuelos les llegó su influjo a través de una sobresaliente versión de la orquesta venezolana “Dimensión Latina” con un arreglo innovador, bolerada por el incomparable cantante venezolano Vladimir Lozano y rumbeada por el no menos célebre sonero venezolano Oscar De León. Aún hoy, al escucharla, pocos y pocas aguantan echar un pie.

SÉPTIMO PUESTO 

AMOR PERDIDO 
Compositor: Don Pedro Flores (Borinquen)
Esta canción sintetiza todo lo digno que puede tener el acto amoroso por excelencia. Es un paseo por el reconocimiento de la otredad amorosa, aun cuando haya sometido al olvido, que es la tragedia máxima de todos los sentimientos. Toda la belleza que puede tener el recuerdo, toda la honradez que puede contener la ternura, toda la emoción habida en el cariño, todo el anhelo infructuoso que puede estar en la pérdida, toda la humildad como estancia del perdón, viajan en esta pieza musical dispuesta para el regocijo. En el reconocimiento de que llegó a ella por accidente, esta canción parece estar compuesta para la alta calidad vocal de la cantante mexicana María Luisa Landín. ¡Cita obligada!

SEXTO PUESTO 

NUESTRO JURAMENTO 
Compositor: Benito de Jesús (Borinquen)
Es el clásico del pacto amoroso eterno. Inolvidable para varias generaciones de abuelos y abuelas. A puro clamor sensual, fue causa del nacimiento de miles de afrocaribeños y afrocaribeñas. Combina en su narrativa los sentimientos de dolor y de regocijo que van como fuentes paralelas de inspiración, tejiendo el acuerdo imposible de desligar aún en el más allá. Hay en su composición cierto aire lacónico que aprovechó el cantante ecuatoriano Julio Jaramillo para hacerla inmortal a través de la rocola. Desde el sitio de Quinta Crespo, por toda la avenida Baralt hasta la Cota Mil en la ciudad de Caracas, Venezuela, esta canción fue himno de sus bares durante la década de los años 60 del siglo XX. No hay bisabuela que no la haya incluido en sus recuerdos ni en sus cantos de quehaceres, ni en sus musitaciones. Es poderosamente melodiosa y su sonoridad invita a la contemplación del pasado en el porvenir.

QUINTO PUESTO 

CONVERGENCIA 
Autores: Bienvenido Julián Guitierrez y Marcelino Guerra “Rapindey” (Cuba)
Es el bolero geométrico por grandeza poética. Es la pieza musical de las formas, de las equidistancias entre sentimiento y lugar, anhelo y contexto, evocación y sitio amoroso, donde hay una presencia, cuya ausencia es sólo posible imaginar si se sienten esos trazos sumergidos en la profunda subjetividad de un dibujo espiritual como el logrado. Críticos y melómanos aún disertan acerca de lo que llevó al poeta a expresar tan emblemática narrativa pasional. Aumentan la leyenda, esos pasos ebrios de inspiración, de musa, de duende que lo llevaron a entregar tan elevada poesía al músico ideal que la puso en la melodía exacta para que nos maravillara. El son que anda oculto en sus notas invita a bailarlo con delicado sentimiento. Su versión clásica tiene el nombre del cantante cubano Miguelito Cuní con la orquesta de Felix Chapotín, aunque el cantante boricua Pete Conde Rodríguez asombró al mundo en la década de los años 70 del siglo XX, cuando la vocalizó bajo la dirección del dominicano Johnny Pacheco y su orquesta, con el brillo de unas trompetas para la inmortalidad.

CUARTO PUESTO 

TU, MI DELIRIO 
Autor: César Portillo de la Luz (Cuba)
Las más extraordinarias piezas del género bolero se destacan por la sencillez de su letra y por su brevedad musical. Todas resultan ser exaltaciones al amor, a la persona amada, a la atmósfera sentimental que permanece en el recuerdo y gravita en ese encuentro espiritual inédito, único; aunque se parezca a otros encuentros, aunque haya similitud con lo narrado o expresado en otras experiencias siempre se despliega con un sentido originario. Esta pieza dice mucho de estos sentidos con inigualable experiencia. Su cadencia irresistible ha sido bailada por varias generaciones, sin embargo, las últimas cultoras del bolero en la pista de baile, allegadas a la integración llamada salsa, la han disfrutado por los boricuas, Tito Rodríguez con su orquesta, Ismael Quintana con la orquesta de Eddy Palmieri y Cheo Feliciano con diferentes ensambles que le han acompañado; no en vano, desde que la interpretó se le llama “La Voz que Acaricia”. Todo y toda cantante afrocaribe rinde su voz a la seducción que tiene esta pieza y difícilmente una pareja enamorada no se abrace para danzarla.

TERCERO PUESTO 

BÉSAME MUCHO 
Compositora: Consuelo Velásquez (México)
Es tal vez el bolero más versionado de la historia de la música. Hay versiones en diversos idiomas y en distintos estilos. Es preferido de la voz femenina, siendo la canción que con más ternura evoca la despedida física porque la realiza a través del acto de besar. Su genialidad parece estar en la sencillez de su letra y en la candidez que proyecta su melodía. Algunos atribuyen su popularidad a que puede ser interpretado por cualquier persona. Aunque sin proximidad a la ranchera mexicana, suele escucharse en jolgorios donde se brinda por la vida y el amor con la misma intensidad. No suele invitar al baile, aunque un pie para animar cualquier cuita no le viene mal. También provoca el suspiro en el recuerdo de las bisabuelas y las abuelas.

SEGUNDO PUESTO 

¿QUÉ TE PEDÍ? 
Compositor: Fernando Mulens (Cuba)
Si hay canciones que parecen compuestas para ciertos cantantes, también hay cantantes que parecen haber nacido para ciertas canciones. Tal es el caso de Guadalupe Victoria Yoli Raimond “La Lupe” que parece haber nacido para cantar este bolero que la esperaba en la esquina del más espléndido arte. De la mano del compositor cubano Tito Puente, La Lupe se tomó esta canción para sí y la incrustó en todos los amoríos afrocaribes habidos en la historia de la música. Escuchar este bolero por vez primera, con un poco de sensibilidad musical, es quedarse en suspensión con esa voz desgarrada que invita a seguir la imploración absoluta. Nada más bailable y nada más invitable a la pura sensualidad de danzar creyéndose dioses del amor. Tal vez muchas cantantes hayan encontrado la frustración, al querer interpretar una canción tan incrustada en la otredad.

PRIMER PUESTO 

EMBORRÁCHAME DE AMOR 
Compositor: Mario Cavagnaro Yerena (Perú)
Es el gran bolero salsero por pertenencia. Permitió inmortalizar este género para las generaciones que adoraron la salsa. Es el más popular, querido y bailado bolero de los años 70, 80 y hasta 90 del siglo XX. Combina los compases de un bolero clásico con innovaciones musicales que le dan originalidad plena. Evoca el singular tema de la invitación a amanecer en brazos de la amada luego de una juerga donde la única ebriedad que falta es el amor. Es posible que su popularidad alcance hasta generaciones de jóvenes del siglo XXI, tan apegadas a ritmos extraños al sentir afrocaribes. Salseros y boleristas lo interpretan en audaces y cualitativos trabajos musicales, pero muchos no pasan de imitar a quien lo inmortalizó con su voz inigualable y su sentir brillante y explosivo: el cantante boricua Héctor Lavoe.


2 comentarios:

  1. Mi pana, me gustaría ver incluida en esa bien comentada y condimentada lista de boleros el de la venezolana María Luisa Escobar "Desesperanza", tema dedicado a su hijo fallecido en circusntancias extrañas en la academia militar. Un abrazo.

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  2. vaya cuesta sugerir una pieza pero recuerdo mucho una pieza que interpretaba Ismael Quintana, junto al maestro Eddy Palmieri; Deseo Salvaje, si mal no recuerdo es del Titet Cure Alonzo, una pieza para enamorarse....

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