La
mayoría de personas del planeta no sabe que la sociedad occidental
vive una catástrofe y hoy es una enferma llena de sociedades
colapsadas sin ninguna esperanza de volver a esplendores antiguos, ni
futuros. Todo el estamento forjado desde la Grecia antigua, que pasa
por los imperios romano y medieval, la esperanza francesa, el
socialismo real, la pesadilla fascista, las democracias al estilo de
vida estadounidense, hasta llegar a estos últimos resquicios bélicos
del basurero armamentista gringo-europeo, se ha venido abajo; apenas
subsisten imposturas de un poder sostenido en la amenaza de guerra y
el economicismo más brutal.
En
una investigación mostrada desde la década de los años 70,
materializada en el libro «El Punto
Crucial» por el físico austríaco
Fritjof Capra, se sistematizan las claves esenciales de este
descalabro terminal del pensamiento occidental del mundo. Allí están
expuestos los nudos críticos planetarios, la grave asfixia
espiritual del ser humano, el análisis de los tránsitos
civilizatorios, el desnudo de la antigua visión que se hizo
hegemónica, explotadora y dominante, el demacrado teatro de la
ciencia, la perdición del modelo biomédico con su imposibilidad de
ofrecer salud, la impostura del economicismo y sobre todo la
esterilidad definitiva del patriarcado. ¿Por qué ocurrió esta
debacle definitiva? ¿Cuáles son los indicadores de este derrumbe?
¿Dónde están las señales y dónde las alternativas? En un
esfuerzo artístico independiente, Bernt Capra produjo el
filme Senderos de la Mente (1990) para colocar algunas de las
expectativas mostradas por Fritjof Capra en un libro que le sirvió
para ser guionista y viceversa.
LA
CRISIS ES PARADIGMATICA
Los
hallazgos tecnológicos trascendentales trajeron consigo al ser
humano-humana, una visión particular del mundo. Aquellas y aquellos
dedicados a la caza y recolección en los albores de la humanidad,
sufrieron una conmoción de su visión selvática ante la posibilidad
de sedentarizarse con la agricultura, igual sacudida pasó a los
agraristas cuando llega la máquina de vapor con la revolución
industrial, lo mismo nos sucede desde el siglo XX cuando nos saluda
el átomo desde los estudios de la física y el mundo subatómico se
visibiliza, golpeando nuestro industrialismo. Esta mirada sirve de
encuentro al político Jack Edward (Sam Waterston), al escritor
Thomas Harriman (John Heard) y la científica Sofía Hoffman (Liv
Ullman) quienes se encuentran en un castillo medieval de Francia por
crisis distinta: la del político son las ideas, la del poeta son las
interpretaciones, la de la científica es la praxis.
Sofía
propone un «cambio de visión». Ya las leyes trazadas por Renato
Descartes e Isaac Newton no pueden medir ni mucho menos interpretar
las visiones del siglo XXI. Descartes y Newton columbraron una
realidad medible, comprobable a través de coordenadas numéricas,
tiempos exactos y leyes imperecederas que han gobernado desde un
paradigma llamado positivista que generó creencias, conceptos,
definiciones, interpretaciones, prejuicios sólo posibles de utilizar
en el mundo macro, visible, para comprobar fragmentos de la realidad.
Todo el pensamiento, conocimiento, aprendizaje de occidente ha sido
erigido sobre la base de una visión fragmentadora.
Jack
sufre un colapso en su vida política y busca la compañía de su
amigo poeta Thomas, para explicarse el conflicto de sus ideas. Al
coincidir con Sofía se colocan en la posibilidad de abrirse a una
realidad, hasta ese momento, vedada por sus propias visiones
positivistas. Sofía les plantea el desafío de ver a su alrededor
dejando de lado las apariencias. Ahora les señalaba lo tomado por
insignificante, lo pequeño, lo subatómico, lo que no se puede medir
con el compás cartesiano-newtoniano.
LA
AGONIA DEL PATRIARCADO
Cuando
Sofía, Sam y Thomas ingresan en la habitación donde se encuentra
una inmensa máquina antigua, hay allí una pareja de jóvenes que
juegan a la tortura; ella está acostada, atada sobre un riel dando
alaridos mientras él aplica fuerza y maltrato a su cuerpo. Los
jóvenes salen apresurados de su aventura cuando entra el trío.
Aprovecha Sofía esta incidencia para explicar a sus nuevos amigos
acerca del dominio del patriarcado, la imposición machista y las
torturas infringidas a las mujeres de la época medieval, acusadas de
brujas por practicar curaciones por medios de la naturaleza. Allí
sobresale el recuerdo de Francis Bacon, del cual se oculta su
participación en ese martirio sobre las mujeres: —«A la
naturaleza hay que torturarla para arrancarle los secretos»
decía. Mirar el mundo a través de una máquina, provocó la
interpretación de la realidad a través de sus mecanismos, de allí
que desde una visión patriarcal, el cuerpo humano, las relaciones
con la mujer, la realidad misma sean reducidas a un mecanismo de
reloj, de máquina: mecanicismo— dice Sofía.
El
patriarcado impuso la visión pasional, objetiva, fragmentadora y
expansiva predominante en lo masculino y suprimió la visión
arraigal, integradora, sedentaria, intuitiva predominante en lo
femenino. La preponderancia de la visión del hombre en la cultura
occidental ha generado el belicismo que hoy conocemos, la división
social del trabajo que opta por la acumulación de riquezas, la
obtención del poder a toda costa, la voracidad del mercado, la
discriminación de la mujer. La visión occidental que hoy colapsa en
medio de atroces guerras y desmedidas acciones del mercado ha optado
por la visión del patriarca macho, arrasador, impositivo que solo
busca el poder a cualquier costo. Ante la perplejidad de sus
interlocutores, Sofía propone integrar la visión de lo femenino,
para armonizar la visión desde lo masculino.
¿Y
DONDE ESTA LA ESPERANZA?
Al
explicar la dualidad de la «partícula» subatómica que se comporta
como «onda», Sofía devela la categoría «complejidad» que debe
ser incorporada a la visión emergente o nueva visión para la
comprensión de múltiples realidades. Todo se relaciona con todo. La
realidad «tiende a ser» y se despliega en un sinfín de
«probabilidades». Entre asombrados y maravillados Sam y
Thomas inician su comprensión de la incidencia de humanos-humanas
como partícipes de una realidad que pueden trasformar al verla de
manera diferente a la aprendida desde el paradigma en crisis.
Entonces, llega la maravillosa constatación: ¿Todos estamos
vinculados, relacionados? «Sí»— responde Sofía— «Somos un
tramado de relaciones en una danza cósmica».
Para
subyugar pueblos, los poderes hegemónicos ya han incorporado esta
compresión desde la manipulación del átomo para fines
guerreristas, pero se ven imposibilitados de acceder a estadios
trascendentes (más allá del bélico), debido a que los interpretan
desde su formación positivista, patriarcal, manipuladora,
economisista. Es imprescindible y urgente incorporar esta visión
emergente, en función del fortalecimiento de las luchas de los
pueblos, para marcar espacios de diferenciación del viejo paradigma
y desplazarlo (simbiosis) de sus fracasos definitivos.
Como
mediador entre el político y la científica, Thomas recita el poema
«Los Enigmas» del poeta chileno Pablo Neruda, teniendo como
piso las olas del mar, para dejarnos la esperanza en la sensibilidad
profunda, la espiritualidad cósmica, la creatividad humana, la
ecología planetaria, la ancestralidad con su dualidad hombre-mujer y
el regreso del lenguaje de las piedras, en la fecundidad del
pensamiento que honra el título del filme en castellano: «Lo
Mejor de la Vida».Y en la más bella humildad, donde al fin y al
cabo somos una especie más que debe respeto al planeta, Neruda nos
dice: «Anduve como vosotros escarbando /la estrella interminable,
/ y en mi red, en la noche, me desperté desnudo, / única presa, pez
encerrado en el viento».
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