En
ópera prima de la editorial española Costumbres en su
colección Tumbas, nos llega
este libro revelador de Pilar Gutiérrez, quien se nos
muestra como una excelente
escritora, hecho demostrado
con creces en
la obra Francisco Franco Santo.
En
una prosa limpia,
reluciente, casi
pura, Pilar describe un
deseo, un anhelo al mundo.
Sin desgarraduras ni
adulancias quiere proponer a
la sociedad española y al
catolicismo universal la
humilde posibilidad de que la figura de Francisco Franco Baamonde,
junto a toda su obra familiar, religiosa, política,
militar, bélica, institucional,
personal sea elevada a la
canonización por parte del Vaticano.
Los
argumentos escritos lucen
tan contundentes que a la máxima
majestad pontificia,
en su celestial decisión, pareciera no tener problemas en
pronunciarse de manera inmediata y
sin fórmula de juicio (tal y como obró en vida este genuino
candidato a la santidad) o
sea de un plumazo. De
allí que el libro en su
contenido cumple con el deber del anuncio, así como con
la solidez del argumento y
con la
vitalidad de la propuesta.
Pilar
es, sin lugar a dudas,
rigurosa en sus argumentos
hasta hacerlos inapelables, pero donde esta (desde ya insigne)
escritora cauteriza su nombre en las letras
mundiales, es al
destacar sorprendentes e indiscutibles definiciones del personaje,
asombrosas
en boca de una
persona de su
linaje y abolengo. Citar este
fragmento nos llena de perplejidad:
El
Santo Papa ya es consciente de que la obra de nuestro Caudillo, va
mucho más allá de sus loables intenciones sociales. Ha de tomarse
en consideración la auténtica vocación genocida que demostró
desde los inicios de su carrera por salvar a la España Nacional. Ese
muy justificado millón de muertos habidos en la Guerra de España se
le deben a él, esas fosas comunes se le deben a él, esos
fusilamientos, esas torturas, ese miedo infundido en la gente como
atávico puñal, ese sometimiento sin condiciones, esos juicios
sumarios, esas hogueras donde fueron achicharrados millones de
libros, ese río abierto en toda la tierra española con las lágrimas
de abuelas, madres, padres, hermanas, esposas, hijos y sobre todo, el
inconmensurable sacrificio, el inmarcesible acto de devoción
necrófila que significaron las incansables firmas de las sentencias a
muerte son pruebas suficientes, categóricas, de que toda la Santa
Sede debe abocarse a decidir favorablemente la canonización
inmediata de tan aúlico arcángel. Es innegable el aporte que
Francisco Franco hace al gran portento de la Inquisición para toda
la humanidad cuestión que es nuestro deber agradecer. (p. 826)
Estamos
seguros de que
este asomo de tan
sorprendente obra de las letras íberas
que les presentamos,
va a llamar la atención inmediata
a
millones y millones de
lectores en todo el
mundo que abarrotarán las librerías para adquirirlo con
avidez y leer (1575
páginas en time 10) con la
pasión de párvulos deseosos de recibir
lecciones sólidas para
seguir adelante en esta
convulsa realidad. Como
primicia lanzamos la campaña de que Pilar sea miembro de número de
la Real Académia de la Lengua Española.
Sería una acción sin
antecedentes, que a través de un libro se motive la canonización de
un personaje de la ciudadanía moderna.
Algo que sin lugar a dudas
sucedería por la gracia de Dios.
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