jueves, 18 de julio de 2019

TREINTA MIL PORTAZOS CELEBRAMOS CON EL LEGADO DE KOTEPA DELGADO




Es absurdo pensar que la literatura es un simple entretenimiento de la razón, un vino que el alma culta paladea. La literatura tiene que darme claves para entender por qué un niño no tiene dónde dormir. De lo contrario no sirve para nada, o no me sirve que es lo mismo. La literatura no arreglará al mundo, pero tampoco lo dañará, que un poema o cuento estremezcan el profundo egoísmo que encierra la conformidad. Si la literatura es un signo de libertad, entonces uno puede escoger el sentido que le plazca, sin reñirse con la estética. Creo que toda literatura honesta, aquella que sale del corazón, es bella.”

Miguel Rivera Mendoza (1963-1992)
La Esquina del Callejón, selección de poemas, p 9.
Editorial El Perro y la Rana, 2008.

La Guarida del Druida vio sombras y luces el 29 de diciembre de 2016 en el sector Pueblo Nuevo del pueblo de Píritu, Estado Portuguesa, Venezuela. Recrudecía entonces la arremetida del sector fascista de la oposición en calles de pueblos y ciudades de nuestra patria y la necesidad de asistir a las redes con dimensiones lectoescriturales, desde el universo de la creación literaria nos pareció importante de impulsar y acelerar, para echar nuestro grano de arena en favor de la paz, la democracia, la solidaridad y la Revolución Bolivariana que el pueblo dimensiona y lucha con sus ejemplos de resistencia y vida.



Recordando esos primeros intentos de armar La Guarida... evocamos que estuvieron signados por el autoaprendizaje, el atrevimiento, el lanzarse al vacío que metaforiza el poeta Guillaum Apolinaire, ese sentirse en oscuridad, valorar lo oscuro, las opacidades, la ceguera, lo que no vemos, lo que no sabemos que queremos ver, no como utopía sino como realidades posibles, no como espacios por llenar sino como espacios probables, ya existentes. A La Guarida del Druida la fuimos viendo, ya estaba y la fuimos observando entre lo oscuro, en el deleite de la negrura, la penumbra, las sombras de la sombra como nos anuncia el poeta Pablo Neruda de Manuela Sáenz en Paita. Desde entonces no hemos ido a ninguna parte, más bien estamos en el mismo sitio y echamos raíces, buscamos una de tantas radicalidades.



Estamos celebrando las treinta mil entradas (30.000) que llamamos portazos (por tratarse de encuentros de nuestro Blog con personas y grupos, a través de distintas vías impensadas, no-causales, además de las pensadas, causales que tienen un asidero más estático, más tangible); en los dos años y medio de trabajo, tenemos más de 12.000 portazos por año, 1000 por mes, 33 diarios con 12 seguidores y 368 seguidores en el twitter (sin ser tuiteros): ¡Cual Vitico Davalillo! (nuestros saludos al maestro del bateo). Esta referencia numérica es muy importante, aunque lo satisfactorio es publicar, lo que dice mucho de la posibilidad democratizadora del espacio.



Queremos celebrar esta posta numérica desde la referencia de blog literario que ha ganado una visualidad propia en sus imágenes y espacios. Hemos conseguido una manera de expresarnos, además de lectoescriturarnos, también desde el cosmos visual. Y aunque no deseamos promover la experiencia como ideal, queremos decir desde el escribir y crear estéticas de todos los días, que es una interesante posibilidad de expresar literaturas. No es un libro La Guarida del Druida pero tiene algunos de sus atributos. Es una especie de carpeta sideral con fuerte tendencia a democratizar los espacios para leer y escribir. Además, no deseamos que el blog sea otra cosa que literario, aunque los hay de todo tipo y es muy válido. Mucha gente que nos sigue de mil maneras, nos lee y nos manifiesta querencias. A nosotros nos enfeliza este logro. Nos mete en una dicha comunicacional plena, jamás pensada. A veces nos sentimos como una pareja de liceístas que sigue tramando autoaprendizajes fuera de las aulas de clase: esto nos abruma.



Por ahora nos apegamos al legado que nos dejó el periodista venezolano Kotepa Delgado en su célebre columna Escribe que Algo Queda en la espera de que esta conseja sabia y maravillosa se riegue como una llovizna cultural e inunde a las escuelas y a los pueblos de Venezuela y de todo nuestro Abya Yala. Que leamos una escritura cada vez más nuestra y creativa; que escribamos una lectura que nos diga(mos), nos hable(mos), nos llene(mos) de lo que somos en ese cosmos insondable al que pertenecemos.



Oscar Rodríguez Pérez

Carmen Petra Ochoa Jiménez
 

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