“Es
absurdo pensar que la literatura es un simple entretenimiento de la
razón, un vino que el alma culta paladea. La literatura tiene que
darme claves para entender por qué un niño no tiene dónde dormir.
De lo contrario no sirve para nada, o no me sirve que es lo mismo. La
literatura no arreglará al mundo, pero tampoco lo dañará, que un
poema o cuento estremezcan el profundo egoísmo que encierra la
conformidad. Si la literatura es un signo de libertad, entonces uno
puede escoger el sentido que le plazca, sin reñirse con la estética.
Creo que toda literatura honesta, aquella que sale del corazón, es
bella.”
Miguel
Rivera Mendoza (1963-1992)
La
Esquina del Callejón, selección de poemas, p 9.
Editorial
El Perro y la Rana, 2008.
La
Guarida del Druida vio sombras y luces el 29 de diciembre de 2016
en el sector Pueblo Nuevo del pueblo de Píritu, Estado Portuguesa,
Venezuela. Recrudecía entonces la arremetida del sector fascista de
la oposición en calles de pueblos y ciudades de nuestra patria y la
necesidad de asistir a las redes con dimensiones lectoescriturales,
desde el universo de la creación literaria nos pareció importante
de impulsar y acelerar, para echar nuestro grano de arena en favor de
la paz, la democracia, la solidaridad y la Revolución Bolivariana
que el pueblo dimensiona y lucha con sus ejemplos de resistencia y
vida.
Recordando
esos primeros intentos de armar La Guarida... evocamos
que estuvieron signados por el autoaprendizaje, el atrevimiento, el
lanzarse al vacío que metaforiza el poeta Guillaum
Apolinaire, ese sentirse en oscuridad, valorar lo oscuro, las
opacidades, la ceguera, lo que no vemos, lo que no sabemos que
queremos ver, no como utopía sino como realidades posibles, no como
espacios por llenar sino como espacios probables, ya existentes. A La
Guarida del Druida la fuimos viendo, ya estaba y la fuimos
observando entre lo oscuro, en el deleite de la negrura, la penumbra,
las sombras de la sombra como nos anuncia el poeta Pablo
Neruda de Manuela Sáenz en
Paita. Desde entonces no hemos ido a ninguna parte, más bien
estamos en el mismo sitio y echamos raíces, buscamos una de tantas
radicalidades.
Estamos
celebrando las treinta mil entradas (30.000) que llamamos portazos (por
tratarse de encuentros de
nuestro Blog con personas y
grupos, a
través de distintas vías
impensadas, no-causales,
además de las pensadas,
causales que tienen un asidero más estático, más
tangible); en los dos años y
medio de trabajo, tenemos más
de 12.000 portazos por año, 1000 por mes, 33 diarios con
12 seguidores y 368 seguidores
en el twitter (sin
ser tuiteros):
¡Cual Vitico Davalillo!
(nuestros saludos al maestro
del bateo).
Esta referencia numérica es
muy importante, aunque lo satisfactorio es publicar, lo que dice
mucho de la posibilidad democratizadora del espacio.
Queremos
celebrar esta posta numérica
desde la referencia de blog
literario que ha ganado una visualidad propia en sus imágenes y
espacios. Hemos conseguido
una manera de expresarnos, además de lectoescriturarnos,
también desde el cosmos visual. Y aunque no deseamos promover la
experiencia como ideal, queremos decir desde el
escribir y crear estéticas
de todos los días, que es
una interesante posibilidad
de expresar literaturas.
No es un libro La Guarida del Druida
pero tiene algunos de sus
atributos. Es una especie de
carpeta sideral con fuerte tendencia a democratizar los espacios para
leer y escribir. Además, no
deseamos que el blog sea
otra cosa que literario, aunque
los hay de todo tipo y es muy
válido. Mucha
gente que nos sigue de
mil maneras, nos lee y nos
manifiesta querencias.
A nosotros nos enfeliza
este logro. Nos mete en una dicha
comunicacional plena, jamás pensada. A
veces nos sentimos como una pareja de liceístas que sigue tramando
autoaprendizajes fuera de las aulas de clase: esto
nos abruma.
Por
ahora nos apegamos al legado que nos dejó el periodista venezolano
Kotepa Delgado en su célebre columna Escribe que Algo
Queda en
la espera de que esta
conseja sabia y maravillosa se riegue como una llovizna cultural e
inunde a las escuelas y a los pueblos de Venezuela y
de todo nuestro Abya Yala.
Que leamos una escritura cada
vez más nuestra y creativa; que escribamos una lectura que nos
diga(mos),
nos hable(mos),
nos llene(mos)
de lo que somos en ese cosmos insondable al
que pertenecemos.
Oscar
Rodríguez Pérez
Carmen
Petra Ochoa Jiménez
Numericamente hermoso..
ResponderEliminar