viernes, 12 de julio de 2019

SOLO PARA CARAQUISTAS II: LA 2019-2020 EN HOMENAJE A VICTOR DAVALILLO



 
En medio de la revolución que se está experimentando en la llamada Liga Profesional de Beisbol Venezolano (LPBV) se aprecian cambios que no sólo se adaptan a la situación económica que estamos viviendo, además abren perspectivas y posibilidades para transformaciones más profundas que podemos analizar en otras entregas. Por ahora (como dijera el Comandante Hugo Chávez) la temporada va desde el 05 de noviembre con 42 juegos y será en homenaje al pelotero zuliano, nacido en la ciudad de Cabimas, Víctor Davalillo. Nada nos ofrece más contento en estos momentos de LPVB conmocionada, que esta decisión justa y merecida a uno de los beisbolistas más extraordinarios que ha dado la pelota criolla.


La historia de Vitico, como lo bautizó la afición de los Leones del Caracas, es de un palmarés inimaginable para cualquier beisbolista de su época, que se remonta al año 1958 del siglo XX. Sus inicios con la franela de los melenudos fue desde el montículo, aprovechando su condición de lanzador zurdo, cuestión que le grangeó algunas victorias, sin embargo, vista su habilidad como bateador, fue pasado al jardín central y colocado en los primeros lugares de la alineación caraquista. No se hizo esperar la leña que comenzó a repartir con sus batazos hacia todos los lugares vacíos del campo contrario. Igual contra lanzadores derechos o zurdos, Vitico la colocaba a terrenos de nadie con una fuerza impresionante y un poder ocasional que le mereció el batazo de vuelta completa (llamado del inglés como jonrón) en no pocas oportunidades.

DAVALILLO Y TOVAR
Su habilidad con el bate lo signó como segundo en la alineación, ubicación ideal para mover a los corredores embasados a una posición anotadora de carreras, lo que decía mucho de su destreza en embasarse con cualquier cosa y esperar la cuenta favorable para conectar el batazo importante. Hizo la mejor dupla vista en nuestra pelota con el inolvidable jugador caraqueño César Tovar como primer bate (temible para los contrarios), ya que no pocas veces ambos estaban en las almohadillas y en algunas oportunidades hacían el doble robo de bases o la emocionante jugada de bateo y corrido o Davalillo se traía a César con un extrabase. Se le considera entre los mejores segundo bate del beisbol de su momento, al lado del panameño Rod Carew, el cubano José Cardenal, el estadounidense Joe Morgan o su paisano Joe Rudi. Su maestría en el toque de bola es similar a la de Armando Reverón en la pintura: todo un arte.

¡SE LA DEJÓ EN EL GUANTE!
El beisbol es el deporte leyenda para los aficionados y aficionadas de Venezuela, bien sea en el estadio, en la esquina del barrio, en el trabajo o sitio de estudio, en la familia, en la bodega y hasta en los velorios y demás oficios religiosos nos configura deportiva y culturalmente sin importar la edad; y en estos predios Vitico Davalillo es cita obligada para la historia y la memoria de sus jugadas. Los comentaristas deportivos hicieron de las suyas creando frases metafóricas en honor a sus batazos; muchas veces escuchamos: “Hizo llorar la pelota” (cuando pegaba sus espectaculares linietazos), “Se la dejó en el guante” (cuando daba sus famosos toques de bola), “Mordió la línea de cal” (cuando la pelota se internaba en la raya hacia la pared). Los periodistas lo bautizaron como “Hitico” para hacer metáfora de su nombre con la palabra inglesa “Hit” que en el beisbol significa: imparable.

¡Y SE LLEVÓ LA BOLA!
Y como jardinero no era segundo de nadie. Vitico realizó la jugada más sensacional jamás vista en el Estadio Universitario de Caracas, cuando aún no ofrecía la cerca protectora de hoy: ni tanta publicidad. Ganaban los Leones el cuarto juego de la final de la campaña 72-73 contra las Águilas del Zulia por diferencia de dos carreras, cuando aparece en el cojín de bateo el poderoso bateador afroestadounidense Bob Darwin con dos corredores en las almohadillas; era un refuerzo del equipo Magallanes (divisa que había sido eliminada). El norteño pescó una recta del lanzador melenudo y mandó una centella por todo el jardín central, hacia los 385 pies donde estaba Vitico, quien miraba la pelota irse fuera del campo, cuando de repente, lo vimos tomar con su brazo izquierdo uno de los tubos de la barda y elevarse de manera increíble, de espaldas a la tribuna central, para sacarle la pelota de las manos a los aficionados de las gradas, colmando de inolvidable impresión a nuestra memoria. Aún recordamos la narración radial:

Va un batazo enorme de Bob Darwin hacia el jardín central, la bola se va, se va, se va, se va y se… ¡Salta Davalillo y capturó la pelota de manera sensacional, robándole un jonrón a Darwin! ¡Qué atrapada señoras y señores! ¡De leyenda!”. 

EN EL CORAZÓN DE LOS AFICIONADOS
Víctor Davalillo aún mantiene los record de 1505 imparables de por vida luego de 30 campañas y 100 imparables en el torneo 79-80 con el equipo Tigres de Aragua, números que son inalcanzables para los peloteros que se inician, con más razón, si los dueños de los Equipos continúan gringolizando los campeonatos. También dictó cátedra de bateo con divisas de la pelota gringa y de la liga mexicana. Nada más afectivo y provechoso para el beisbol criollo que dedicar la temporada 2019-2020 por ser un ejemplo de constancia, calidad y genialidad para nuestras juventudes, a quien hizo del batazo un goce de emociones y gratitudes y del beisbol su segunda patria. ¡Gloria deportiva de Venezuela!



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