CARICATURA AL POETA LEÓN FELIPE |
Al
poeta español León Felipe se le atribuye la expresión: Toda
revolución es una metáfora. Suscribiéndola, entonces toda
revolución es un lenguaje, una manera de decir la realidad, el
mundo, la gente; una manera de escribirla y, con énfasis, de leerla.
Y esa forma de decir, desde una revolución, debe emancipar,
transformar, liberar porque toda metáfora transforma como debe
transformar una revolución. Y si una revolución llega a
transformar, debe hacerlo por sobre todas las cosas desde el arte del
vivir, del hacer donde están todas las respuestas, de la praxis
cotidiana porque no existe nada más emancipador que la dimensión
expandida en el arte.
ABEL SANTAMARIA HÉROE DEL MONCADA |
De
todas las revoluciones con tránsito emancipador durante el siglo XX,
tal vez sea la Revolución Cubana, la que más contribuyó en su
momento a metaforizar la realidad con anhelos libertarios y fuertes
alientos inéditos. Sería importante recordar el momento en que
insurge el grupo de milicianos y milicianas que asaltan el Cuartel
Moncada en el año 1953, debido a que estaban rompiendo con lo que
hasta ese instante estaba escrito en política insurgente. La
cartilla rígida decía que hasta no haber creado las condiciones
objetivas en la sociedad y el sujeto de la revolución no estuviera
consciente de su papel en el proceso, la revolución no era posible;
pues aquellos y aquellas militantes de la vida y de los pueblos,
llegaron para demostrar algo diferente, por esto fueron vistos en los
inicios como aventureros, antes de asumir la sabiduría marxista
leninista luego. Huelga decir que contaban con un líder de la
estatura cósmica de Fidel Castro Ruz.
Se
dio la insurrección popular en Cuba que tiene su punto brillante el
1° de enero de 1959, disparando al mundo siderales metáforas a la
política de entonces. Un lenguaje ya estaba anunciado desde el
heroísmo habido en el Asalto hasta la irrupción de esa pieza
magistral de los derechos de nuestro Abya Yala, escrita en su
autodefensa por Fidel, y que el mundo conoció como La Historia Me
Absolverá. A partir de allí, el lenguaje habido en política
se trastocó. Además, se dimensionó con valentía, arrojo y
genialidad la voz y el trabajo constante de Ernesto Che Guevara,
quien había pasado de médico a Comandante de aquella gesta para
darle a la palabra Gloria, nuevamente, el tamaño del anhelo de los
pueblos que admiraban desde la práctica aquella epopeya. Punto de
alta jerarquía dialógica lo constituye, ese anuncio imperecedero,
escrito a varias almas y voceado por Fidel Castro que se llama
Segunda Declaración de La Habana; denuncia enarbolada como bandera
de los desheredados de la Pachamama, poseedora de altas metáforas,
contentivas de una poesía política sin igual, de un arte
emancipador.
COMANDANTE FIDEL CASTRO RUZ |
En
Cuba, como en todos los países hay un pueblo con una historia y en
la misma se despliega un arte constante. Desde el inicio, su prócer
de independencia José Martí es un consumado poeta. El acervo
cultural de la mayor de las islas antillanas es muy significativo,
denso, fecundo tanto que ha impregnado e influido en todo el Abya
Yala. Se suele pensar que tanto la revolución como la cultura de los
pueblos son sólo el producto de saltos subjetivos geniales que
vienen casi de la nada o del cerebro de un sólo hombre (esto es una
idea burguesa) sin que medie la historia, la dialéctica habida en el
contexto, la poética puesta en el esfuerzo. Siendo esta expresión
artística la inclusión de muchos despliegues sociales, la historia
tiene un peso subjetivo extraordinario. De este portento complejo
vienen expresiones artísticas como la canción de Silvio Rodríguez.
COMANDANTE CHE GUEVARA |
Adentrarse
en estos 60 años de Revolución Cubana con todas sus hermosuras,
riesgos, desafíos, logros es por igual reconocer lo que ha
significado la canción de Silvio para Cuba, el Abya Yala y toda la
Pachamama. Es tal vez el cantor más conocido del Abya Yala en la
Pachamama durante el siglo XX, debido a su obra musical. El concurso
de la poética en su obra es de significativo valor para la música
mundial en el atrevimiento de decir que hasta la llegada de su
guitarra y su voz, de la mano de una Revolución antimperialista, no
habíamos tenido una experiencia musical de tanta genialidad y
originalidad en el uso de la metáfora poética para conmover,
sensibilizar y emancipar a través del canto. Es el acontecimiento
que produce un redimensionamiento del canto hasta un lugar donde el
análisis, la reflexión, la filosofía, la cotidianidad, el ser
popular, lo humano, hacen hermenéutica con una poética que nos
interpreta y nos interpela con paradojas incansables e inacabables,
siempre vigentes. Se atreve Silvio (y demás trovadores del
movimiento musical) a hurgar con melodía en la advertencia genial
que nos hace el Comandante Che Guevara en aquel discurso cuando nos
dice: “¡A riesgo de parecer ridículo!”. Era un reto que nos
lanzaba el Che de reencontrar las luchas humanas (justamente amargas
y resentidas) con el amor; metáfora clave que pone de rodillas a los
imperios.
Hasta
la llegada de Silvio con su canto, para muchos militantes
revolucionarios, el amor era aún ese sentimiento sospechoso de
debilidad, pusilanimidad, banalidad, no sin razón de sospecha,
debido a las manipulaciones que los factores dominantes aún
perpetran a través de la cultura. Ese vínculo encontrado entre la
célebre advertencia del Che y la metáfora amorosa de Silvio es, sin
lugar a dudas, una de las más radicales conformaciones culturales
con que podamos contar en nuestro Abya Yala para combatir cualquier
imperio que salga, porque las hegemonías carecen de amor, es su gran
debilidad. Sería injusto citar cualquier canción del cantor en
particular ya que puede ofender, aunque sea útil a la educación cultural analizarlas, dado el consentimiento y la pasión
que despierta toda su obra en millones de personas (además, cuando
la canción es auténtica se explica a sí misma); cualquiera de las
melodías escogida tendrá el profundo sentido amoroso conjugado con infinidad
de parábolas, metáforas, anécdotas asidas a hilos subjetivos
capaces de conmover al alma humana, cuando están colocados con la
tesitura musical de la que el cantor es capaz.
La sólida historia de la musicalidad cubana tiene un lugar mundial importante. Pareciera que toda se alberga en la música de Silvio. La
sencillez transada en el guitarrista de cuadra, en el tamborero de la
bodega, en el cantor aficionado, en el trovador de buseta se conjuga
con la complejidad del cuarteto de cuerdas, del lírico operístico,
de la sinfónica orquestal, del danzoneo de salón, del chasqueo de
dedos en la esquina, de la guitarrita tradicional, del silbido en el
mercado cuando se buscan vituallas y se recuerdan aconteceres, de la evocación en una rocola cuando no hay ángel que nos cuide. Y cada
canción (que es una obra entera) tiene a un Silvio travieso colocado
en alguna parte de la melodía, como guardián, para hacer difícil
hasta la buena imitación.
El trayecto emancipatorio de nuestra Pachamama en el siglo XX,
sobre todo el de nuestro Abya Yala, no se puede pronunciar a
plenitud, si la importante referencia de la música de Silvio
Rodríguez está ausente. Y todo el amor que nos tenemos como
humanos, desde aquel que conocimos en la niñez a hurtadillas
traviesas en las ventanas, hasta el pasional que nos arrebata los
sentidos, pasando por el que hemos albergado en las luchas en favor de la
Patria Grande que somos, ha tenido hogar fecundo en una guitarra,
una voz y una humanidad que conmueve por genial, por músico y por
haber nacido en un trayecto humano que vio su victoria hace 60 años
en la República de Cuba. Es de todos los pueblos del Abya Yala la
obra musical de Silvio Rodríguez y es del cantor la sencillez de
vivir en una Revolución que prevalece por su historia de luchas, su
acervo cultural en la memoria y la lanza de los taínos y el machete de los mabises, en plenitud de resistencia.
Excelente..!
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