Sabemos
que la sordidez es el estado extremo del ser humano, adonde pueden
confluir sus conflictos como un torbelllino de sentimientos y
emociones no posibles de detener sino con la violencia que los
generaron. Son muchas las metáforas que podemos utilizar para
visualizar a la sordidez humana, aunque la más idónea sea tal vez
la de un espejo que se quiebra, dada la grave fragmentación que le
ha dado génesis y proceso en las vidas. Lo mejor sordidez es no
vivirla.
La
sordidez o las atmósferas sórdidas son muy utilizadas en el cine,
algunas veces con poco genio. Si se quiere alterar una trama o se
desea aumentar su temperatura en la relación entre la acción y el guión, lo sórdido puede estar ubicado para exaltar a cierta
audiencia. Puede ser un punto de quiebre en la transparencia de una
trama. La sordidez puede estar en el
libro que sirve de tema, pero siempre será el guión el espacio en
donde esa atmósfera fue creada para un logro de realización. Hay
películas que tienen destacadas escenas de andamiajes sórdidos, sin
embargo, hay filmes que tienen lo sórdido como atmósfera total,
su única posibilidad respirable, el camino imposible. De una atmósfera
fílmica se puede extraer memorables acciones sórdidas de un altura
artística supremas o torpes siluetas de lo que pudo ser una buena
película. Con el llamado género de terror pasa mucho esto; una leve
banalidad y se transforma en un bodrio.
A continuación películas que consagraron la sordidez. Rudas, violentas y sin banalidades.
A continuación películas que consagraron la sordidez. Rudas, violentas y sin banalidades.
11. ASESINOS
POR NATURALEZA
(OLIVER STONE, 1994)
Colocar
a la familia estadounidense como el centro de la sordidez y la
consecuencia de los llamados reallity shows es un elemento destacado
de este filme. El título termina siendo una ironía, al darnos
cuenta que la pareja de delincuentes que tenemos en pantalla, están
devolviendo la violencia que han recibido a la sociedad que los
engendró. La sordidez que se despliega está en cada una de las
instituciones encargadas de atender el mal. La escena donde Mallory
(Juliette Lewis) se lanza de cabeza contra la pequeña ventana que
sirve de visor, al darse cuenta de que está siendo observada, puede
producir sofocamiento o terror.
10. TUMBA
AL RAS DE LA TIERRA
(DANNY BOYLE 1994)
Hacer
que el acto de alquilar una habitación pueda ser motivo para que se
desencadene la sordidez más delirante es verdaderamente
significativo en este filme. Lo sórdido más hiriente estuvo siempre
en el alma de aquellos tres cómplices que al entrevistar a los
candidatos a inquilinos se burlaban como les venía en gana y
escondían aquella infamia tras el disfraz de muchachos bien. Sólo
el quiebre que produjo un cadáver hallado en la habitación rentada
y una maleta llena de libras esterlinas desencadenó aquella
atmósfera que jamás se detuvo. Con sus marcas inglesas indelebles
en el desarrollo de la trama, este genial director nos demuestra cómo
hace falta muy poco para que aparezca lo sórdido que conduzca hacia
desconocidas y violentas estancias.
9. EL
RESPLANDOR
(STANLEY KUBRICK, 1980)
Muestra
destacada de cómo se puede desarrollar el clima sórdido en una
trama desde el ambiente hogareño hasta alcanzar niveles de violencia
extremos y aterradores es este filme que nos lleva al terror con una
calidad sorprendente. En el escritor Jack Torrence (Jack Nicholson)
se hallaba escondido un psicópata que va desplegando su enfermedad
en la medida en que la estadía en el inmenso castillo se torna cada
vez más solitaria e insoportable. Esta historia está cruzada por un
episodio sucedido años atrás, sin embargo, el levantamiento
paulatino de esta atmósfera insoportable que llevan al escritor a la
demencia y a intentar matar a su esposa y a su hijo son
impresionantes. Todas las escenas, hasta la que vimos cuando el
enloquecido queda semi sepultado en la nieve del laberinto, son un
encadenamiento macabro muy bien realizado. ¿Estuvo antes en ese
escenario de terror, este Jack Torrences, en otro tiempo y con otros
personajes?
8. EL
EXPRESO DE MEDIA NOCHE
(ALAN PARKER, 1978)
La
sordidez en la cárcel ha sido retratada en cientos de filmes, aunque
tal vez no se haya plasmado de una manera tan desgarrada como en este
filme. Con el tráfico de droga como intermediario, esta historia
basada en un episodio ocurrido a Billy Hayes, turista estadounidense
que es capturado en el aeropuerto de Estambul, Turquía, con paquetes
de hachís adheridos al cuerpo, se adentra en la corrupción habida
en los recintos carcelarios. Billy tiene que sostener varias condenas
que le colocan en la horrenda sordidez habida en la cárcel, en donde
el jefe carcelario es un sádico que se aprovecha de los presos. Bien
puede servir de escarmiento a quienes se aventuran a traficar sin
saber las terribles consecuencias que los espera.
7. PULP
FICTION
(QUENTIN TARANTINO, 1994)
Ya
famoso filme que trata la vida de unos malandros que viven a expensas
del tráfico y otros negocios ilícitos. La genialidad de este filme
está en haber hecho pasar la cotidianidad de unos delincuentes a
través de una sordidez que anda de silenciosa compañera de viaje.
Cada vez, lo sórdido surge de la aparente tranquilidad y normalidad
en que transitan los personajes para estropearles veladas, sosiegos,
escapes. Sorprendentemente, las escenas sórdidas de esta película
compensan las calmas que trazan los personajes en su mundo de extrema
violencia, en donde pasan por héroes.
6. TRAINSPOTTING
(DANNY BOYLE, 1996)
El
genio de lo sórdido parece este director inglés, que esta vez nos
lleva al mundo de un grupo de consumidores de droga, tan atrapados en
su condición que aceptan como normal lo que para cualquier ciudadano
es una espantosa enfermedad o una degenerante adicción. El viaje al
mundo de estos personajes es un camino de sordidez que pareciera no
dar oportunidad al espectador de reflexionar acerca de lo que les
sucede. Cuando lo sórdido se hace cotidiano y la tragedia se acepta
como cualquier hecho que sobreviene producto de los actos que ya se
han aceptado como normales, entonces, la sordidez no tiene otra
salida que reciclarse.
5. LA
COMUNIDAD
(ALEX DE LA IGLESIA, 2000)
Pareciera
que todas las películas de Alex de la Iglesia esconden a España en
el argumento. Toda la sordidez que en varios momentos alcanzan sus
filmes bien puede reflejar a la sociedad española, violentada por
décadas de dictadura feroz, cruel, autoritaria, represiva. ¿Acaso
aquel hombre que acumula cosas de la calle en su apartamento y
termina escondiendo la maleta con millones de pesos, no
representa a esa España que guarda la historia, acumula el pasado en
forma de trastos viejos arrumados en un espacio mohosos, ruin, lleno
de alimañas? Esa manía de buscar la felicidad en un golpe de suerte
y la necesidad de escalar hacia lo alto, hacia los techos, como si
fuese un impulso de sentirse libres por un momento o exhibicionistas
de hazañas inútiles o escapes a un mundo que está escondido en lo
alto o perseguidos por algo que los españoles no terminan de definir
qué es. ¡Vaya comunidad esta España!
4. MISERY
(ROB RAINER, 1990)
Caer
en manos de una mujer histérica, con rasgos patológicos de
esquizofrenia y además fanática desenfrenada de nuestra obra
literaria, luego de haber tenido un accidente automovilístico muy
cerca de su casa es una experiencia sometida permanentemente a la
sordidez. La vida de esta mujer solitaria, termina basándose sólo
en el argumento de las obras novelísticas de su admirado autor que
luego se transforma en su víctima. La sordidez planteada se
despliega en el territorio enfermizo de un personaje que se
transforma en la diosa némesis de un imaginario argumental que se va
desarrollando en su mente, mientras el autor de las historias va
recibiendo castigo en su cuerpo postrado. Genial adaptación de una
obra de Stephen King y memorable actuación de Katty Bates.
3. LA
AUDICION
(TAKASHI MIIKI, 1999)
El
hombre abusador cae en manos de una vengadora. Esta mujer se
transforma, mediante el viaje sórdido de su protagonista, en un
fantasmal ente que se encarga de hacerle insoportable la vida.
Mediante un conjunto de escenas simbólicas, la vengadora precipita a
su víctima en un hueco de pastoso terror, no sin antes pasearlo por
el mundo sórdido que él mismo creó. Aunque parece insoportable, el
simbolismo con que está concebida la trama y la construcción de
subjetividades que va rodeando el filme es digno de ser analizado. Produce algo de terror este filme, sin embargo, va mucho más allá.
2. SALO
O LOS 120 DIAS DE SODOMA
(PIER PAOLO PASSOLINI, 1975)
Jamás
la sordidez que se produjo en la vida real de los habitantes del
pueblo de Saló, Italia, puede ser igualada en esta película, pero lo
que se ve en pantalla es tal vez lo más sórdido que se haya
producido, desde una visión político militante. Seguramente la
banda de fascistas que abusaron de los jóvenes de aquel pueblo,
hicieron perversidades peores a las plasmadas en el filme, pero lo
que las escenas nos dicen es todo lo abominable que es el fascismo
cuando desata sus escatológicas fuerzas intestinas. Representar a las
fuerzas opulentas de la sociedad, operando con toda su saña, tal y
como el malogrado director las describe, es un logro difícil de
aguantar. El mensaje final es que, para los fascistas, la muerte no es
suficiente.
1. IRREVERSIBLE
(GASPAR NOÉ, 2002)
Tal
vez no exista una película más sórdida que ésta muestra de
terrible paroxismo realizada para decirnos mundos inimaginables. En un argumento que va de un supuesto presente hacia
un tentativo pasado (al revés del tiempo lineal), pareciera que la
abominable sordidez que nos narra el director, va desapareciendo en
la medida en que nos adentramos en el pasado, mas no es así; la
sordidez se encontraba allí de distintas formas, disfrazada,
simulada con la hipocresía, la falsedad, la arrogancia, la
estupidez. Hay en el filme dos extremos impresionantemente
contrapuestos: lo más horrible que puede tener el presente escondido
en la aquiescencia más trágica, distanciado pero tan cerca de la
belleza, así de sencillo: la belleza. Tal vez sea la película más
desgarradora jamás realizada.
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