sábado, 22 de febrero de 2020

LECTURA AL AZAR: PELICULA “FUSILEMOS LA NOCHE”. ROQUE DALTON NOS BUSCA EN UN ARENAL


“Así el solitario no puede sobrevivir mientras no sea capaz de amar a todos, sin importarle el hecho de que probablemente lo consideren todos como un traidor. Sólo el hombre que ha alcanzado plenamente su propia identidad espiritual puede vivir sin necesidad de matar, y sin necesidad de una doctrina que le permita matar con buena conciencia.”

THOMAS MERTON

“El comunismo será entre otras cosas,
Una aspirina del tamaño del sol.”
ROQUE DALTON



En ocupación de la metáfora “Lectura al Azar” aportada por el escritor salamanqués Don Miguel Unamuno, a sabiendas de que a estas alturas del conocimiento y de los aprendizajes no sólo leemos libros o letra escrita sino también todo lo visual y audiovisual producido desde pinturas y otras obras de las artes plásticas, fotografías, películas de cine y video, todos los espacios de multimedia y, además, la realidad misma también es posible de ser leída por nosotros y nosotras cotidianamente. Nuestras posibilidades de leer se han ampliado hasta el infinito. Todo ejercicio de lectura que hacemos es inevitable y el resultado de esa lectura está sujeto a interpretaciones que realizamos casi sin darnos cuenta.

Áreas del lenguaje y la comunicación como la semiótica, nos permiten adentrarnos en esas hermenéuticas intrincadas para detenernos, reflexionar, dialogar y encontrar significados en narrativas que nos pasan de frente con una velocidad inaudita al pasado. Hoy leemos y somos leídos en una dinámica que tiene muy pocas posibilidades de caernos al azar, pero sucede, aunque nos abarrotan lecturas del mundo cibernético intencionadas para alienarnos ¡sucede! y siempre nos llega esa lectura sorpresiva, asombrosa, placentera para conmovernos.

TINA  LEISCH
Se puede leer una película del género documental como “Fusilemos la Noche” de la cineasta alemana Tina Leisch, quien desde Austria se proveyó en el año 2013 de un apoyo en coproducción que involucra a varios países, para realizar un filme que pudiéramos estimar con firmes aproximaciones al afecto, a la querencia, aunque el tema que aborda tiene neblinas históricas, opacidades políticas, encandilamientos humanos, firmezas culturales de gran valía, avalanchas emocionales contradictorias. Además, se trata de biografiar a un poeta de la estatura literaria y los quehaceres políticos del salvadoreño Roque Dalton.

Ya de por sí, hacer ese ejercicio de encontrarse con la existencia de un artista de las letras, tiene una fascinación particular para quienes andan los caminos de la creación, y el agregado del encuentro con una personalidad que transitó una época política caracterizada por la guerra de baja intensidad, desarrollada por el imperialismo mundial y su cancerbero mayor los Estados Unidos (EEUU), en el área central de nuestro Abya Yala contra paises como Nicaragua, Honduras y El Salvador.

El guión escrito por la misma realizadora nos plantea una búsqueda en forma de paseo digno, alegre, cariñoso a través de personas del pueblo que saben de su poeta más laureado, (recordemos que su poemario “Tabernas y otros lugares” obtuvo el Premio Casa de las Américas en Cuba el año 1969). Esa andadura por las calles de la capital va sucediendo en hechos conversacionales con el pueblo de todas las edades. La película es un conversatorio con la audiencia; una especie de toma y dame dialogal en varios espacios, a saber: la directora con su cámara invitando a conversar, el pueblo que no sólo acepta la conversación sino además aporta al Roque Dalton multidimensional: recuerdos dignos, memoria respetuosa, lectura amorosa y apasionada del (su) poeta vivo en la poesía publicada en libros y redivivo en las andanzas de un genterío que lo atesora; los militantes políticos que intentan explicar, las trabajadoras sexuales que fueron las albaceas de sus bohemias, los amigos, amigas, los hijos, escritores, la controversia judicial acerca de su muerte y el enigma.

Con este audaz acompañamiento que da lugar a un aporte digno de verse, la directora logra invertir la cámara y en cualquier momento que la audiencia escoja, Roque Dalton inicia su eterna búsqueda de nosotros y nosotras. Siempre nos buscó en vida a través de su extraordinario don de ser humano, su participación política revolucionaria y su poesía, y luego de su forzoso cambio de plano cósmico, nos encontramos con una película aprovechada por el poeta para manifestar su clamor, su ocultamiento, su injusta desaparición, su hallazgo, la impunidad ignominiosa que lo cubre.

Una película, si es consistente con el arte, revela y ésta es reveladora de principio a fin. Más allá de sus libros, sus reconocimientos y su leyenda política queda revelado un Roque Dalton humano, jodedor que buscaba mirar el lado oculto de la formalidad para denunciarla, pararse en la axial esquina de la rigidez para burlarse, atisbar distanciado del sitio tétrico donde se apuñala la creatividad y se envidia la irrupción del ser. Su ojo suspicaz apuntaba a tratar de encontrar, como lo hace el pueblo, lo insospechado de la politiquería, lo oculto en la manipulación, en el odio de clase necesario para vengarse de la bestia oligarca (por lo menos en la mordiente), en pillar la subestimación oligarca de un pueblo que le despertaba suprema amorosidad.

Toda su obra está transversalizada por el pueblo de quien destaca el humor hirviente en muchos de sus versos. Sus amigos más cercanos testimonian a ese travieso intérprete de las paradojas de la vida, como un marxista convencido de aplicar toda esa filosofía en cada movimiento del accionar político y poético integrado, no sólo para transformar la realidad social (como lo aconsejó el viejo camarada de Tréveris), sino para gozarla (como lo aconseja el anarquismo). Así como se descubre al enamorado, al bohemio, al de la juerga popular de compadres, también se encuentra al militante entregado, trabajador, vehemente, riguroso, desvelado. En el pueblo existe una leyenda forjada por su obra artística y poética que por igual pervive en la memoria del militante político que fue en tanto pueblo.

No hay dudas de que Roque Dalton fue asesinado, la película lo confirma con pruebas documentadas transformadas en contundentes evidencias. Desde ese momento, el movimiento revolucionario enmudeció, era de esperarse. Es como si a una familia la golpearan con un misterioso y trágico hecho relacionado con uno de sus miembros, difícil de explicar, complicado de asumir, engorroso de investigar. El día de su desaparición el movimiento revolucionario tuvo la sospecha de que había concepciones que revisar, procederes que meditar, compartimentaciones que interpretar y humanizar. No se puede obviar la conmoción causada por el asesinato del poeta y la decepción que en no pocos sectores desencadenó. Con su voz siempre cálida y aleccionadora, el escritor uruguayo Eduardo Galeano testimonia en el filme la visión que tuvo del suceso que afectó a quien fuera su amigo…

“Y hombres como Roque Dalton resultaban incómodos para una izquierda enferma de solemnidad, como era en aquellos años un sector de la guerrilla ¿no? Hay que tener en cuenta que a Roque lo mataron sus compañeros. No lo mató el enemigo. Lo mataron sus compañeros. Después fue fácil echarle la culpa a la CIA o algún otro diabólico enemigo de esos que asechan. Pero la triste verdad es que Roque fue matado de un tiro en una tregua que hubo, un debate que se estaba llevando adelante, en la dirección del grupo guerrillero que él integraba. ¡Criminales! Criminales porque los revolucionarios que matan para castigar la discrepancia son tan criminales como los criminales que matan para perpetuar la injusticia”.

Desde las luchas del pueblo, el llamado es a humanizar el proceder político de las comunidades involucradas en resistencias emancipadoras. Acontecimientos trágicos y dolorosos como éste, imponen una reflexión acerca de la praxis política de quienes se erigen como vanguardias de los procesos de transformación de la sociedad, colocados muchas veces en un pasado que no se debe repetir, como jueces sumarios de sucesos marcados por la diatriba personal, la cuita mafiosa, la vendetta familiar, el pacto de sangre.

No olvidemos que los grupos guerrilleros de nuestro Abya Yala y de la Pacha Mama, en buena parte, son el fruto de la más digna e impetuosa propuesta hecha práctica, en una teoría que enunció el comandante Ernesto Che Guevara como fruto de su andar emancipatorio a través de la política de los pueblos. Haber sido golpeada por los reflujos propios de la historia de las luchas, no significa que dejan de tener vigencia en lo porvenir las ideas del Comandante Che: “el mundo da muchas vueltas” dice un adagio popular. Sin embargo, es importante estar alertas en no repetir errores, sobre todo al plantearse el desafío al estamento militar reaccionario y al hacer hermenéutica de la praxis política. El militante del Movimiento Tupamaro uruguayo Jorge Zabalza (*), quien no ha cesado en su lucha en favor de los pueblos del Abya Yala, hace importantes aportes al respecto:

JORGE  ZABALZA
“Hacer política significa acumular en cabezas, darle elementos a la gente para que comprenda la realidad y sienta la necesidad de actuar. Eso ocurrió en la primera época del MLN. Luego nos enzarzamos en una lucha primero con la policía, después con los escuadrones, luego con el Ejército. Empezamos a ver solo la realidad a través de que nos estaban torturando y fuimos centrando toda nuestra estrategia en hostigar y tratar de derrotar a ese aparato. Hoy creo que el método guerrillero ya no es aplicable. Pero en aquella época lo correcto hubiera sido no sumar y sumar gente, sino seguir siendo 50 o 60 personas organizadas que hicieran acciones que tuvieran un sentido político, que ayudaran a comprender (…) Y si un movimiento guerrillero se transforma en un ejército, se convierte en una estructura autoritaria, que no quiere libertades, que no acepta divergencias individuales y que define al otro como enemigo. Entonces, sos un desastre. Y cuando analizo las guerrillas del 70, nuestro error fue ése.”

El cadáver de Roque Dalton fue desaparecido. Las argucias judiciales que se imponen en un país infectado por la injusticia han provocado que oficialmente aún no se hecho justicia ante el asesinato del poeta y no se hayan castigado a los culpables, aunque existen evidencias, testimonios y esta película que revela y denuncia. El móvil múltiple con varios autores intelectuales y materiales está al descubierto; tipos que hoy colaboran con el enemigo que dijeron enfrentar son los culpables. El filme nos lleva al arenal donde fue convertido en enigma. Como con todo hombre o mujer del pueblo que se rebela contra la opresión y es blanco de la represión, la puñalada trapera de la impunidad ha hecho que el crimen que lo desapareció ande suelto por las calles como una risotada silenciosa. No es extraño que hoy, un monigote del imperialismo asalte el congreso de El Salvador y protegido por el mismo ejército que otrora masacró al pueblo, imponga su ley como un reyezuelo. El resentimiento de que alguna vez, unos filibusteros de la política, en nombre de la revolución, hirieron de muerte a la poesía, merodea aún la política del heroico pueblo salvadoreño.

Es siempre injusto decir que una creación en particular del cantor cubano Silvio Rodríguez es bella o conmovedora: los pueblos se disputan el consentimiento de toda su obra. Sin embargo, la satisfacción que da escuchar el tema “Unicornio Azul” podemos considerarla cósmica, sideral, toca fibras ancestrales. En no pocas oportunidades le han preguntado al cantor por el significado de la metáfora dimensionada en este querido tema musical y él respondió en una entrevista, que el Unicornio Azul se encontraba en El Salvador. Es justo pensar que es Roque Dalton.  

(*)Tomado de la revista digital Resumen Latinoamericano. 


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