lunes, 19 de junio de 2017

EL OSCAR MÁS ESPERADO: LA CIA PREMIDA POR SUS MENTIRAS


La Agencia Central de Inteligencia (CIA) había sido la organización mimada, amamantada y cuidada por el imperio capitalista, fortalecido en los EEUU. Llena de mitos y leyendas había sido creada con apetitos imperiales locales en expansión, en las fauces de sus mercados y en la anexión de territorios en debilidad geopolítica. La CIA pasaría a ser esa organización de agentes secretos que todo el mundo sabe de su existencia pero nadie puede saber dónde y cómo operan. Invicta y con la segunda guerra mundial como prueba superada, esta organización se batió en una postguerra donde sus agentes no alcanzaron a prever la revolución China y en Corea lograron dividirla; se adentraron a la década de los años 60 del siglo XX, con su palmarés de victorias en saboteos, intervenciones y derrocamientos de gobiernos nacionalistas en todo el mundo. En términos de beisbol, bateaba mil puntos de porcentaje hasta que recibió el soberbio ponche tirándole por parte de la Revolución Cubana, cuando los mercenarios entrenados en sus campos, comieron tierra liberada en la invasión de Bahía de Cochinos; hoy victoria del pueblo cubano en Playa Girón.

A partir de Playa Girón, la golpeada agencia quedó al descubierto mundial por sus planes perversos e intervencionistas, en la voz de los dirigentes revolucionarios de Cuba y en el grito de los movimientos insurgentes del mundo. En conteo de protección, para hablar en términos boxísticos, queda denunciada en su propio escenario, cuando se sospecha de la participación de sus agentes en el magnicidio de John F. Kennedy en EEUU; también se le denuncia en todos los países del mundo, donde las embajadas de este país fueron señaladas como sitios donde la CIA entrenaba al libre mercado del sabotaje y la muerte contra los movimientos progresistas. Sorbe de nuevo el lodo libertario, con la aparatosa derrota de EEUU en la guerra contra el Vietnam (1975), donde este pueblo del Asia, con elevada conciencia política, paciencia infinita, supremos dirigentes y la enorme solidaridad del mundo, los resistió hasta enviar a sus marines cabizbajos, enloquecidos, amargados, mutilados, heridos en su moral mercenaria, a llorar al valle de Washington D. C.

No había terminado de levantarse mareada de la caída en Indochina, cuando sobreviene la catástrofe del gobierno de Mohammad Reza Palevi (Sha) en Irán (1979) y con éste se viene abajo una pieza esencial de EEUU, en su estrategia de intervención en el Medio Oriente, donde la CIA cobra buena parte de la responsabilidad. Con esta caída, la tambaleante agencia recibió el conteo completo: ¡KO! Como es lógico, vendría la necesaria autocrítica, los balances, el análisis, las estrategias renovadas, el bajo perfil. Hoy tenemos algo de esta evaluación, siempre desde Hollywood, en la película «Argo» (Affleck, 2012).

LA REINA DE LAS MENTIRAS

«Taylor: Esperaba a alguien con más apariencia de agente típico.
Kevin: Creo que usted estaba pensando en el FBI, señor.»
Diálogo de la película Argo

Nunca como en la película Argo se había visualizado a la agencia con desenfado tan sorprendente. La rabia que generaron las actuaciones de sus agentes, sumada a la necesidad de ahondar los mitos alrededor de la agencia, hizo que no hubiera colocaciones audiovisuales relevantes, hasta entrado este siglo de complejidades develadas que hoy vivimos. El secreto de estado fue la categoría favorita manejada alrededor de sus actuaciones y la contra-información ha sido siempre su especialidad, en donde el manejo eficiente de la mentira, cobra calidad de suprema y aviesa habilidad. Si hoy sabemos esto con claridad y concienciación, entonces, ¿Por qué creer lo expuesto en la película Argo?

«Si quieres vender una mentira, deja que la prensa la venda por ti», dice Jhon Chambers (Jhon Goodman) como asesor y supuesto personaje real. Nos están diciendo en la pantalla: «Todo es mentira ¿y qué?». En vista de esta particularidad, usaremos las comillas superiores para denotar —“duda”—. Luego de la caída del Sha, el drama es la indudable debacle de la embajada de los EEUU y la detención de todos los ciudadanos estadounidenses. La imagen de “horda salvaje” es manejada para mostrar a quienes manifestaron apoyo y expresaron su justa arrechera contra todo lo que significara EEUU. Luego viene lo que pude ser la gran mentira histórica fabricada: “unos supuestos miembros de la embajada de EEUU quedaron aislados en la embajada de Canadá y la CIA prepara su rescate”. La solución fue realizar una película falsa en medio de la revolución iraní. ¿La falsedad de una falsedad?

QUIEN DES-SATANICE A SATANAS BUEN DES-SATANIZADOR SERA

¿Una mentira tramada ayer es remozada hoy para satanizar al pueblo iraní?; pueblo bajo amenaza permanente de ser invadido. El primer ingrediente es ridiculizarlo. Supuestamente orquestaron una mentira basada en la producción de una película falsa llamada “Argo”, para investir como miembros del equipo canadiense de filmación a sus seis ciudadanos ocultados. El segundo ingrediente es la exacerbación del morbo del sujeto revolucionario, cuando muestran a un supuesto iraní diciendo: “Somos una nación de 35 millones de habitantes y muchos de ellos están ansiosos de asesinarlos”. El tercer ingrediente es la bestialización de la conducta de los iraníes, cuando aparecen niños realizando dibujos escatológicos contra las representaciones occidentales. ¿Quién nos asegura que estas imágenes infantiles presentadas al final de la película como “reales”, no fueron preparadas en su momento, lejos de Irán, para satanizar a esa revolución, como hoy lo hacen con otros pueblos que resisten sus invasiones?

Hoy EEUU, a través de Hollywood, desclasifica sus mentiras. Esta necesidad, en lo real de la geopolítica, responde a la creación de una sensación de debilidad y fragilidad en la revolución de Irán a los ojos del mundo. Un agente que no por casualidad es latino (Patria Grande donde hoy ocurren revoluciones), de nombre Tony Méndez (Affleck), antes de la misión, dejó su anillo de matrimonio frente a la foto de su hijito (¡Cándido mercenario!). Méndez con el nombre clave “Kevin Harkins” logra que los diplomáticos ocultos salgan del Irán, en medio de las truculencias de toda película hollywoodense: nuevamente un Supermán salva.

MEJOR ACTRIZ ENCUBIERTA

Ante la estrepitosa caída en aquel Irán revolucionario, nos preguntamos desde esta película Argo ¿No tendrían los EEUU la imperiosa necesidad de suavizar tan grave derrota geopolítica y no les quedó otro remedio que intentar decir al mundo que no los habían jodido del todo? ¿La participación del gobierno de Canadá en la mentira, no los deja como caimanes del mismo pozo? Todo imperio lo es, en tanto previene. Por esto se dan el lujo fílmico de escribir esta escena, no carente del más ácido humor gringo:

«Kevin: Todas las opciones son malas. Tenemos que encontrar la mejor.
Secretario de Estado (SE): ¿No tiene una mala idea que sea mejor que ésta?
Kevin: Esta es la mejor mala idea que tenemos, señor. Por lejos.
SE: El gobierno de EEUU ha aprobado su película de ciencia ficción.
Kevin: Gracias, señor».


Este diálogo sólo podemos ubicarlo en el absurdo. Es importante pensar en el absurdo —sobre todo en política—y en cómo las paradojas asaltan la realidad cuando las acciones humanas preñan transformaciones. Esto debe hacerse para encontrar el lugar en donde la mentira está siendo lanzada como agitador mortal contra los pueblos. Hoy que el imperio capitalista y su principal cancerbero (EEUU) piensan invadir el Irán¸ quieren llenar de heroísmos las acciones de sus agentes, para moralizar la opción de libertad de morirse de hambre que llevan a los pueblos. Esto es «guerra de cuarta generación», su clave lleva la mentira en el mensaje y de nuevo la porta como premio, una CIA que los pueblos estamos esperando en la bajadita.

AGRADECEMOS AL SEMANARIO LAS VERDADES DE MIGUEL POR LA PUBLICACIÓN DE ESTE TRABAJO EN EL AÑO 2012

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