miércoles, 28 de junio de 2017

ZORBA EL GRIEGO: LA DANZA DEL PUEBLO


CUADRO GUERNICA DE PABLO PICASSO
En las artes dimensionadas por los seres humanos y humanas existe la tentación de la obra maestra. Se trata de visiones desplegadas en una sola expresión artística que parecen detener la infinitud en sí misma y llegan a reflejar la realidad en sus claves, dilemas y acertijos expresivos dirigidos a los sentidos con profundidad. La obra maestra parece regar aprendizajes subjetivos, para ser tomados por quienes vienen detrás y así quedarse con la herencia expresiva. No es digno copiar a la obra maestra por ser inédita, pero sí se puede atrapar su rastro para homenajearla. El camino de las artes a través del siglo XX, parece haber agotado esta noción, sin embargo, es fascinante ir a su encuentro al evocar la historia del arte y mirar atrás, la cantidad de referentes al respecto. Detenernos frente a monumentos como el cuadro Guernica de Picasso, la novela Rayuela de Julio Cortázar, la puesta en escena del Hamlet de Shakespeare, la pieza musical Bolero de Maurice Ravel, la escultura David de Miguel Ángel, pueden extasiarnos en nuestra presencia colectiva por el mundo y el universo. Lo mismo podemos experimentar con el grandioso filme Zorba El Griego dirigido por Michael Cacoyanis (1964).

¿De tal actor tal personaje? ¿o viceversa?

NIKOS KAZANTZAKIS
De una obra literaria escrita por Nikos Kazantzakis (1883-1957) nos viene un personaje tan maravilloso como Alexis Zorba que parece calzar justo a la medida de un actor como Anthony Quinn. (1915-2001). Es tan asombrosa esta incidencia que pareciera tratarse de una sincronicidad cuántica. Si echamos una mirada a toda su trayectoria, nos damos cuenta cómo Zorba marca con tatuaje indeleble el resto de su carrera. Al verlo en Las Sandalias del Pescador (Anderson, 1968), La Hora 25 (Verneuil, 1967), El Secreto de Santa Victoria (Kramer, 1969) o en El Magnate Griego (Thompson, 1978) es difícil dejar de ver en el rostro de esos personajes, las facciones del sorprendente bohemio cretense, deambular como un duende histriónico. Y no se trata de un caso de limitación artística, más bien puede significar la referencia de una dimensión donde trascendió el personaje debido al peso de toda la obra.

ANTONY QUINN
Casos similares han habido en el cine de los cuales se pueda dar cuenta aun sin la trascendencia de Quinn. En los albores del cine, Chaplin se desdobló para siempre en el Charlot que nos conmoverá a corazón sentido. Luego de una carrera fecunda, tal vez Marlon Brando (1924-2004) finalmente se dejó vencer por un personaje como Vito Corleone en El Padrino (Coppola, 1972). Es probable que Clint Eastwood haya sido marcado por aquel vaquero polvoriento del filme Lo Bueno, lo Malo y lo Feo (Leone, 1966) o James Dean se haya llevado para siempre, en aquel accidente automovilístico, la inmortalidad que le otorgó su personaje en el filme Rebelde sin Causa (Ray, 1955) o Woopie Goldberg entregue en sus posteriores trabajos el peso de su actuación en El Color Púrpura (Spielberg, 1985). En el caso del cine venezolano tal vez haya una actuación integral en el estupendo sentido actoral de Víctor Cuica y sus personajes desplegados. En los debates más sabrosos habidos acerca del cine, el tema de la influencia que tienen los personajes sobre actores y actrices tiene un espacio permanente.

Igual que discutir el dilema de quién fue primero si el huevo o la gallina, puede tornarse la reflexión acerca de quién tiene más peso entre el actor o el personaje en una obra. No parece haber un consenso al respecto y el caso del personaje Zorba, puede ser el equilibrio de una balanza estética. Las preguntas del dilema serían: ¿Las dimensiones del personaje dieron a Quinn la oportunidad de agigantarse como actor o fue éste quien dio todas sus actitudes histriónicas a ese Zorba Maravilloso? He ahí el dilema.

La alquimia musical de Theodorakis

JOROPO
Otro de los dilemas del filme puede ser que Zorba y Quinn no trascenderían sin esa pieza musical de Mikis Theodorakis, sin ese baile extraordinario, sin esa juerga. No vamos a colocar por ahora, en este modesto escrito, la reflexión acerca de los influjos habidos en las piezas musicales cinematográficas: dejemos esta tentación como tema central de otra futura página, sin embargo, no se puede soslayar en el filme la trascendencia de la música del genial griego. El peso es tal que podríamos hablar de una integración perfecta entre personaje, actor, música; Zorba, Quinn, Theodorakis: un trío inmortal para la historia del cine.

TANGO
La clave de la genialidad musical del filme, nos la pudiera haber dejado el gran filósofo alemán Friedrich Niezstche (1844-1900) cuando dijo: «Solo puedo creer en un Dios que sepa danzar». La capacidad para la danza en Zorba es su primera y gran cualidad popular. La danza que nos agiganta, nos embriaga, nos eleva, nos redime, nos libera. Así como un argentino se dimensiona con el tango, como una venezolana se eleva con el joropo, como un cubano se embriaga con el son, como una colombiana se estremece con la cumbia, como un dominicano se transporta con un merengue, como una brasileña se desdobla con la samba, como un uruguayo se cimbra con el candombe, de la misma manera Zorba libera todos los dioses humanos cuando la música recorre su espíritu y su cuerpo se deja llevar por la inmortalidad cultural. El pueblo es Dios cuando danza y Theodorakis dibujó esta cualidad en Zorba con su melodía telúrica.      

Claves del alma popular

HECTOR ALTERIO EN CABALLOS SALVAJES
Kazanzakis, Cacoyanis, Theodorakis, Quinn: un cuarteto orfebre del alma popular en Zorba. Esta alquimia artística ha producido las claves para comprender al pueblo en esencia. Un hombre capaz de preguntar: «¿Por qué tiene que haber una razón para que yo le ayude a usted?»; quiere vivir, sentir cada segundo a profundidad, expresar su sensibilidad con la sencillez de la cotidianidad sin que haya razón alguna, por puro corazón. Lleva la alegría y la sonrisa como segundo atributo del pueblo. Impacta a Basil (Alan Bates) que viene con su mentalidad de sospecha, de soledad, de misantropía y lo recibe con su espiritualidad de compañía, de solidaridad, de entrega.

Sabe cuándo arriesgar en el amor, por eso ama todo con sencillez, como se huele a una flor, como se mira al sol de la mañana, como se cuida a las ovejas, como se quiere a un amigo, como se abraza un proyecto. Así ama a la mujer y le dice a su amigo Basil que tome a la viuda y la ame. Pero ha sufrido Zorba, ha perdido a sus hijos y a su mujer debido a la pobreza y sin embargo, la imprescindible alegría de vivir le otorga la suficiente carga de justicia espiritual que le permite perdonar a la vida misma.

ALAN BATES Y ANTONY QUINN
Zorba es capaz, como el pueblo, de darlo todo en un momento de embriaguez por la danza, como en un espacio donde entrega el amor a una mujer, igual que en un proyecto colectivo sus habilidades dan forma a una utopía. Por eso se compadece de la soledad de Bobulina y la acompaña hasta su muerte, igual que gasta todo el dinero de la empresa en un momento de vino, mujer y bohemia, pero pone todo su empeño y responsabilidad en la empresa de trasladar la madera desde una montaña. Y mira la atracción de su amigo por la viuda (Irene Pappas), de la misma manera que al hecho inevitable de la muerte de ésta, debido a la barbarie de los hombres de la comunidad. Es un mismo amor desprendido de toda culpa: inocente por siempre; y por sencillas que sean sus visiones no dejan de ser múltiples y trascendentes miradas ante la vida.

En esa eterna cooperación que sólo podemos reproducir como el pueblo que somos, a través de las tinieblas producidas por un proyecto que se nos ha derrumbado, siempre se elevará triunfante frente a nuestra tristeza Zorba El Griego, quien nos mirará con su sonrisa de hombre libre y nos invitará a danzar, mientras suenan las cuerdas de Theodorakis, para siempre, en la más bella estancia de nuestra alma.

AGRADECEMOS AL SEMANARIO LAS VERDADES DE MIGUEL POR LA PUBLICACIÓN DE ESTE TRABAJO EN EL AÑO 2012



2 comentarios:

  1. Que emocionante lo que pueden mover las Artes en el ser humano, me encanta y emociona saber como usted puede describir el hecho creador. Lo visual de la conciencia un análisis sobre la Danza sobre el Actor y la psicología de un personaje, con que sensibilidad y delicadeza, usted deja ver lo que siente, lo vivido, lo que el escritor, el pintor, puede dar sin mesquindad, sin temores de enfrentar los torbellinos que cada artista siente de manera tan particular al crear, cuando entrega sus letras, su composición del color y la profundidad de sus lineas, los tonos y las claves musicales, los movimientos del bailarin y la accion del actor.
    Gracias mi querido y estimado Profesor Oscar, lo amo, nos debemos unas conversas bohemias. He tenido una gran suerte de tenerlo entre mis maestros. GRACIAS

    ResponderEliminar
  2. Con todo lo que pasa este pueblo, tiene la capacidad de disfrutar esra zorba...graciassssssssss Oscar.

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.