Te
me quedas adormecida
en
ese vapor diario juntos
cuando
las gentes tejen amistades
Te
me quedas adormecida
en
esa resistencia sosegada
donde
viven los palpitares sencillos
El
pan se cuece crepitante
Un
columpio espera oscilante a una niña
Allí
te me quedas adormecida
Donde
vive el duende de los inviernos
Donde
el Abya Yala se levanta solemne
Adormecida
vas en mi recuerdo
Cada
vez que una baraja cae
y
algún obrero grita: “¡Truco!”
Te
despierto en mi solsticio
Tú
allí como una cayena
que
vive un siglo serena en mi jardín
ávida
de la lluvia que llora el sol
Tú
allí bosquejada por mis manos
De
firme mirada primaveral
De
suave y retumbante pisada
Aquí
te me quedas
tan
adormecida
para
mantenerme despierto con tu sueño
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.