Tal
vez la gran virtud del comandante Hugo Chávez Frías como Presidente
de la República Bolivariana de Venezuela haya sido, como ningún
otro en la historia republicana, su tendencia a siempre favorecer a
las mayorías, a los desfavorecidos, a los pata en el suelo
como él mismo se llamaba. Oriundo del llano; (muchos y muchas
conocemos de su nacimiento en Sabaneta de Barinas), se crió con el
ojo sensible puesto en los más pobres, en los desheredados y nunca
olvidó este ejercicio de su espiritualidad. Es por esto que todos
sus proyectos los soñó pensando en el pueblo venezolano, más que
en particularidades, parcialidades, facciones, grupitos o mafias.
Cuando se mira la extensión de las Misiones Sociales que se
desplegaron durante su mandato, vemos a todo un pueblo beneficiándose
de esta inmensa gestión social que levantó a una Patria postergada
por 40 años de bipartidismo cipayo, entreguista y hambreador que
superó en menos de una década índices internacionales importantes.
Uno
de los proyectos con más alcance de los que pudo haber soñado y
echado a andar el comandante Hugo Chávez fue el de la Red
Ferroviaria. Como todo venezolano o venezolana que comienza a
estudiar el mapa de la Patria en la escuela, Chávez se preguntó:
¿Cómo es posible que Venezuela, teniendo más de un millón de
kilómetros cuadrados de extensión territorial y los inmensos
recursos manejados por gobernantes anteriores, no cuente con una red
ferroviaria extendida en sus cuatro costados? El Comandante de
Sabaneta tenía la respuesta: desde el año 1958 se apoderaron
definitivamente de Venezuela, los agentes de poderosas compañías
automotrices venidas de los Estados Unidos (EEUU) que contaron con la
aprobación de los gobernantes en 40 años de la IV República.
Nombres dolarizados como Nelson Rockefeller fueron mediadores en lo
que fue el empoderamiento de un sin fin de concesionarios
automotrices que colmaron de carros a la Patria hasta el último
rincón, cuyos intereses eran contrarios a cualquier plan de
ferrocarriles que se planificara en Venezuela.
En
una de sus primeras alocuciones, todas llenas de sueños semejantes
al pueblo, aquel Presidente Chávez habló más de una vez de
construir una Red de Ferrocarriles que atravesara Venezuela; muchas
veces mostró ante las cámaras de Venezolana de Televisión (VTV),
un mapa del territorio para trazar todo un gran proyecto ferroviario
que garantizara el transporte de alimentos y pasajeros para reducir
los costos al mínimo y favorecer al pueblo que somos y este pueblo
que somos, en suprema justicia comenzó a soñar con él este
proyecto. Este deseo no dejó de plasmarlo en la realidad, aprobando
los recursos necesarios para tan loable finalidad. Estupendas
acciones como ésta, fueron el nefasto justificativo de la oligarquía
cipaya y los agentes del imperio capitalista que los llevó a
conspirar el 11 de abril de 2002 y llevar a cabo el sabotaje
petrolero del año 2003. Las grandes compañías automotrices de EEUU
y sus concesionarias estuvieron en vigilia permanente del encendido
sabotaje que tenía como objetivo la caída del gobierno del
Comandante Hugo Chávez: esto no sucedió.
Apuntalado
el gobierno revolucionario, el proyecto comenzó fortaleciendo al
Metro de Caracas con la adquisición de unidades para su flota de
autobuses del servicio de transporte superficial, también el
inimaginable Metro Cable que se extendería desde las estaciones del
Metro hacia todos los Barrios de la Gran Caracas y viceversa (como
son los ejemplos de San Agustín y Palo Verde), el Metro de Los
Teques, de Valencia, de Maracaibo, el avance del Tren hacia Valencia
y el Ferrocarril de los Valles del Tuy. Quienes se detengan ante esta
monumental obra que apenas comenzaba, no pueden más que rendirse
ante las evidencias de una realización revolucionaria de proyección
incalculable (¡de sueño!). Quienes hoy deploran e injurian a
nuestra Revolución Bolivariana, jamás podrán argumentar un sólo
motivo en contra de este portento chavista realizado en menos de diez
años (en medio de un sabotaje que nunca ha cesado), sin quedar como
infames. Contra la ventisca oligarca y la carga heroica del pueblo
que somos, el proyecto ferroviario arrancó con pie justo y firme.
¿Porqué
el Ferrocarril comenzó por Valles del Tuy? Por varias razones. Una
porque es la zona más cercana a Caracas que tiene los territorios
más despejados hacia el Oriente del país; dos porque esta línea
atiende al pasajero más desdichado de la tierra, el más maltratado,
vilipendiado, discriminado por los transportistas y gobiernos
regionales. Los y las compatriotas de los Valles del Tuy nunca han
contado con la atención gubernamental (regional y nacional) en
materia de transporte urbano y suburbano. Desde hace varias décadas,
su población se compone de lugareños y gran número de habitantes
venidos de Caracas que tienen en esta capital el germen de su
actividad económica. Hasta la llegada de la línea General Ezequiel
Zamora de los Valles del Tuy Caracas, el colapso de transporte tuyero
era alarmante. El sufrimiento de usuarios y usuarias ante los
factores que rodean el servicio de transporte siempre ha sido la
constante. El Ferrocarril llega a los Valles del Tuy para
transformarse en una alternativa que luego de consolidarse la Red,
sería una solución definitiva para los tuyeros.
Hoy
vemos paralizados muchos de estos proyectos estratégicos debido al
genocida bloqueo económico que los gobiernos de EEUU y la Unión
Europea (UE) operan contra Venezuela. Recorrer el Ferro (nombre
que el pueblo le da al tren, a sabiendas de que es un Sistema aún
incompleto) es detenerse ante la gigantesca materialización de un
sueño construido con arquitectura, ingeniería, planes, proyectos,
recursos de primera, para el transporte y el disfrute desde los
Valles del Tuy a toda Venezuela. La amplitud digna de sus
instalaciones, la perspectiva de que la obra puede empalmase con otras líneas que vienen y van recorriendo toda la patria, la
capacidad de transportar usuarios y usuarias con seguridad y
eficiencia, da para continuar resistiendo aún con más fuerza la
agresión imperial que tenemos encima, defender la Patria que nos
quieren arrebatar y fortalecer proyectos como el Sistema Nacional de
Ferrocarriles; un sueño que construimos con el Comandante Hugo
Chávez Frías y continuamos defendiendo con la Revolución
Bolivariana del presente hacia el porvenir.
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