A
mi padre
Antero
Rodríguez
In
memoriam
Te
dejo el sol del caserío La Florida
la
fecunda lluvia de Duaca
el
pueblo de mis lejanías
Las
cuatro cuerdas del estado Lara
jamás
tocadas por mis manos junto a mi voz
igual
te las dejo con mis dedos cercenados
en
los trapiches que molieron
la
dulzura de mi infancia
Los
pies hinchados de tu abuela Rosa
entre
montañas de Urachiche
y
los míos vueltos bagazo
entre
lágrimas contenidas en la llovizna
aquel
cansancio imposible
te
los dejo por las noches
para
que la tranquilidad
no
aniquile tu conciencia
Te
dejo las gentes
que
cuidaron de mi adultez prematura
del
león la culebra y los espantos
que
jamás asaltaron mis andaduras
por
María Lionza
Te
dejo el cancionero que canté
en
mis juergas con sancocho de gallina
las
tristezas que destilaban mis alegrías
las
mujeres atrapadas en mi baritonal arrebato
mi
madre dormida en los vientos del recuerdo
la
picada de mapanare a tu abuelo Ulpiano
perdida
en la fétida charca del latifundio
Te
dejo a Payares olvidado
pueblo
donde los ricos
tiraban
monedas a las pozas
para
que las buscásemos
en
el fondo de nuestra inocencia
La
locura de mi madre
sus
santos
su
cruz
su
cristo
sus
bondadosas manos
sus
arepas
su
fogón
su
desnudez
su
soliloquio
te
dejo
El
agradecimiento al doctor de Barquisimeto
que
me devolvió la vista
La
Caracas del general Medina
conspirada
en su corpiño
Y
junto a la avenida San Martín
la
carreta de mula de recoger la basura
los
automóviles donde dormí mientras me aclimataba
las
películas de María Felix
los
bares de puertas batientes
las
mediajarras para celebrarme
mi
corazón expandido sobre Catia la Mar
te
los dejo en un banco de la Plaza Capuchinos
para
que los ores en la iglesia
un
sábado por la tarde
El
cerro de Los Eucaliptos
donde
me gradué de arquitecto de tablas y latas
La
escorpiónica seducción de los adecos
animada
por los chistes de Rafael Guinand
La
risa de Susana Duimj entre carrozas
y
su adiós de caramelos ingenuos que volaban
La
verónica increíble del Diamante Negro
preparando
al toro dictatorial para la estocada
El
pivote con que Carrasquelito se hizo leyenda
en
el Juego de las Estrellas
Un
ponche narrado por Pancho Pepe Croquer
en
Radio Difusora Venezuela
La
apoteósica voz de Sadel en la Escala de Milán
subyugando
a las cubanas y a las mexicanas todas
El
susto de Pedro Estrada huyendo al olvido
con
la acusación de Diógenes Caballero
colgada
de la espalda
Te
dejo este cuadro inmortal que debió pintar Juan Lovera
La
alegría ausente de mi hermano Teodoro
perdida
en sus pasos obreriles
Las
clases de Allan Kardec de mi hermana Eulogia
escuchando
al Dios que se le perdió en Yaritagua
La
motocicleta de mi hermano Otilio
que
levantó las novias más bellas de Petare
A
mi hermana Cecilia bailando en tu silencio
La
bondad de Marcelo Ramírez
capaz
de amolar un cuchillo con la mirada
El
Sí que me dio tu Mamá en un parque
luego
de ver la película Un Rincón Cerca del Cielo
en
el Cine Principal
Todo
esto te lo dejo
En
algún lugar de El Junquito
para
que no olvides las moras ni el frío
ni
la carta de despido que me gané
por
el sindicato que fundé en la Indulac
ni
la Vaca Sagrada del general Pérez Jiménez
para
que la vueles como un papagayo sobre El Helicoide
El
terrible Hasta Nunca al apartamento de Las Lomas
inclúyelo
como escena de una película de los hermanos Soler
La
pipa de Rómulo en mi radio transistor
El
rugido de cauchos del Yí del Ministerio
en
la polvareda del Barrio Niño Jesús
Mis
goces en el Laboratorio Santa Rosa
Los
saludos militares de Manuel Sarmiento
Aquella
vaguada donde salvé al doctor Díaz Dorante
El
vaho de la guantera
donde
guardaba mi título de manejar
La
decepción que sentí al jubilarme
te
las dejo ocultas en la Esquina de Gradillas
para
que las converses con Bolívar
Mi
admiración otoñal
por
el general José Antonio Páez
por
el maestro Prieto Figueroa
por
el héroe africano Nelson Mandela
y
mis libros de Joaquín Trincado
Todo
esto te lo dejo
con
mis discos de Los Panchos
mis
ganas de ser Zorba El Griego
mis
chistes de melancólica sorna
las
millones de encendidas que di al televisor
para
ver a Magdalena Sánchez
cantando
El Mango Verde
a
Raquelita Castaños
cantando
Claveles de Galipán
a
las novelas de Marina Baura
a
Sábado Sensacional
y
al cuadro de 5 y 6 que nunca gané
Me
llevo tu adolescencia
Simplemente hermosa despedida..
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