lunes, 26 de agosto de 2019

LOS PELOTEROS GRINGOS NO VENDRÁN AL BEISBOL VENEZOLANO. ¡QUÉ MARAVILLA!


Botaste la bola

botaste la bola

botaste la bola Donald Trump

botaste la bola...



Paráfrasis de una canción compuesta por el poeta venezolano Jesús Rosas Marcano


Lo que está ocurriendo en Venezuela es una revolución, sin lugar a dudas y lo refrendan hechos como el que los peloteros gringos no vengan a jugar beisbol para la temporada 2019-2020. Este acontecimiento significa una antigua aspiración para quienes amamos y conocemos la historia de nuestro beisbol. Resulta que el presidente de los Estados Unidos (EEUU) Donald Trump ha ordenado a las organizaciones de su beisbol que los peloteros de su país no vengan a jugar beisbol al torneo de nuestra pelota criolla: “¡Favor que me haces! -dijera Mon. Si la medida impuesta se hace extensiva a los peloteros venezolanos que juegan en las organizaciones del beisbol de ese país del norte, a esos compatriotas les corresponderá tomar una decisión histórica para sus vidas. Esta extraordinaria situación planteada por el propio Presidente gringo redimensiona los planes internos, no sólo de nuestro primer pasatiempo nacional, sino del deporte venezolano en general.



EL SIEMPRE PETRÓLEO
La práctica del beisbol nace cuando llegan las compañías petroleras de EEUU a comienzos del siglo XX en el estado Zulia. Los técnicos petroleros gringos, quienes disfrutaban de un apartheid lujoso (mientras nuestros obreros subsistían en barracas) practicaban este deporte que luego fueron compartiendo con los nuestros en una estrategia de colocarlo en Venezuela, que tuvo características invasivas, tal y como sucedió en el norte de México y luego de la llamada Segunda Guerra Mundial, en países como Japón, Hawai, Taipei, Corea, Filipinas, Nicaragua, Borinquen, Quisqueya, Aruba, Curazao y Cuba a los cuales invadieron o en donde tuvieron formas de intervención. Venezuela tuvo un desarrollo pleno y exitoso con el beisbol, cuando se jugaba de forma aficionada o amateur, tanto, que se ganó el campeonato mundial celebrado en Cuba en 1941 y la medalla de oro de los Juegos Panamericanos de Chicago de 1959. Empero la táctica en la Patria de Bolívar fue profesionalizarlo, convertirlo en un sitio para jugadores asalariados. La idea es que nacieran equipos patrocinados por la empresa privada y luego asociados a emprendedores convertidos en dueños de los clubes y así hacer su práctica cada vez más dependiente del beisbol de EEUU, ubicando a los deportistas criollos la meta de llegar a las llamadas Grandes Ligas porque esto significa ganar muchos dólares. Esta fue la táctica en el beisbol del Caribe



¡QUE TIEMPOS AQUELLOS!
La llamada Liga Profesional de Beisbol Venezolano (LVBP) nace en el año 1946 con una creciente dependencia de la poderosa industria de beisbol de los EEUU. Nótese que este parto ocurre 5 años después de la obtención del campeonato mundial amateur, lo que nos indica que aquel desarrollo de ligas y peloteros que jugaban el beisbol por amor al deporte, sirvió luego a la empresa privada y a los gringos para montar una organización profesional que fue aniquilando aquel portento de pelota que tanta proyección sana dio al deporte venezolano. Al inicio, los equipos de aquella incipiente liga profesional estuvieron conformados por puros peloteros criollos y en una corta fase por algunos del área del Caribe y México, hasta que la organización de EEUU fue tomando las riendas definitivas. Uno de los factores de dominio para esta forma de ocupación política, fue el establecimiento del lenguaje en inglés. Por el lenguaje se domina. Todas las denominaciones anglófonas generadas por la práctica de ese deporte las tomaron dirigentes, jugadores, comunicadores y narradores al pie de la letra. Gringofonías como Hit (golpe), Doble play (doble jugada), Home (hogar), Home run (carrera al hogar), two base (dos bases), infiel hit (golpe corto), short stop (para corto), center field (jardinero derecho), manager (director técnico) y muchas otras se hicieron del dominio de los dominados al deporte que luego fueron transformados de aficionados a fanáticos. Ningún jugador no-estadounidense tendrá éxito en los EEUU si no domina el inglés.



VICTOR DAVALILLO
Desde mediados de la década de los años 50 del siglo XX, los equipos de la LPBV fueron conformados por puros peloteros gringos en su mayoría y esto se acentuó con fuerza a partir de la década de los años 60, lo que demuestra que esos jugadores extranjeros iban a Venezuela a terminar su formación para luego colocarse en el mercado de su beisbol (se comete el descaro de que los gringos llaman al beisbol jugado en los países del Caribe: “beisbol de invierno”), mientras que a los jugadores venezolanos les ha costado un mundo jugar en la liga de su propio país y de la puerta de entrada al beisbol gringo no han tenido nunca la llave. Otra variante de esta colonización deportiva lo significa que una vez los peloteros venezolanos se establecen en las llamadas Grandes Ligas deben tener “permiso” de los equipos gringos para jugar en su país. Esta medida deja a esos jugadores en el estatus de una mercancía. Otro descaro es que se volvió costumbre que los peloteros gringos se marchaban del torneo cuando les deaba la gana, afectando las expectativas de los aficionados con sus equipos favoritos. El estupendo pelotero venezolano Víctor Davalillo reconoció en una entrevista concedida a Meridiano Televisión que en sus inicios le costó mucho jugar en el equipo que lo contrató como profesional, debido a que los puestos en el campo de juego los ocupaban los peloteros gringos, dejándoles a los criollos los bancos de la cueva (dogout). Testimonió este gran pelotero zuliano que sólo pudo jugar cuando amenazó a los dueños con dejar al equipo y devolverse a su casa. Hoy Davalillo tiene el record de más hit conectados en la LVBP de todos los tiempos y es el homenajeado para la temporada 2019-2020.



MICHAEL JORDAN JUGÓ BEISBOL
Ya en la última década del siglo XX, los gringos ampliaron los cupos de sus organizaciones para permitir una mayor fluidez de peloteros de otros países en sus ligas y así dinamizar el mercado de jugadores, aunado a que empresas como el basket, el soccer y el superbowl compiten con ferocidad en la obtención de jugadores que los generan los semilleros y las universidades. También se incluye en esta realidad el hecho de que los países que tradicionalmente han proveído a los jugadores gringos de estadios para su formación en sus torneos, han visto mermada la posibilidad de manejar los dólares como en los esplendores del siglo XX, lo que ha limitado las contrataciones. Y un último factor es que al ampliarse el mercado para los otros países, los gringos han permitido que esas ligas colonizadas puedan poner a jugar a más jugadores del patio (¿trasero?).



BABE RUTH NUNCA JUGÓ EN VENEZUELA
En esas dinámicas de continuidad compleja que está viviendo Venezuela, la guerra económica promovida por el gobierno de los EEUU y medidas como las que pretenden afectar al beisbol venezolano, podrían más bien beneficiar su práctica si se mira la situación con interés endógeno. La medida de veto al beisbol venezolano condena a muerte al ignominioso tutelaje de los EEUU sobre el beisbol, cuestión de que a todas luces favorece a Venezuela. Los equipos pasarían a contratar puros peloteros criollos de forma directa. Si los dueños de los clubes deciden cancelar la LVBP, el Ejecutivo Nacional en la persona del Presidente de la República Nicolás Maduro Moros puede decretar la conformación de una Liga Amateur o Aficionada con los mismos nombres de los equipos tradicionales, lo que significaría una nacionalización de la Liga y la confiscación de los derechos de propiedad sobre las divisas ya que las mismas utilizan el nombre de regiones venezolanas. Cada nueva divisa estaría coordinada por un equipo multidisciplinario. Por ende, Venezolana de Televisión y las televisoras regionales tendría el derecho exclusivo de la transmisión de los juegos. Los venezolanos y venezolanas pasarían a disfrutar su beisbol, jugado por sus muchachos y si algún jugador estadounidense o de otro país desea participar en los torneos venezolanos bajo esta modalidad, sin duda que tendrá que romper con la pelota de los EEUU. A los gringos como que no les conviene que esto pase pero ese es problema de ellos. En Venezuela, la pelota se juega desde los indígenas; tiene origen ancestral y desde que esta modalidad gringa llegó a Venezuela (cuestión que se les agradece), se han desarrollado los mejores campocortos de la Pachamama en todos los tiempos, con los gringos estorbando; ¡Cómo será cuando no estorben!


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