Botaste
la bola
botaste
la bola
botaste
la bola Donald Trump
botaste
la bola...
Paráfrasis
de una canción compuesta por el poeta venezolano Jesús Rosas
Marcano
Lo
que está ocurriendo en Venezuela es una revolución, sin lugar a
dudas y lo refrendan hechos como el que los peloteros gringos no
vengan a jugar beisbol para la temporada 2019-2020. Este
acontecimiento significa una antigua aspiración para quienes amamos
y conocemos la historia de nuestro beisbol. Resulta que el presidente
de los Estados Unidos (EEUU) Donald Trump ha ordenado a las
organizaciones de su beisbol que los peloteros de su país no vengan
a jugar beisbol al torneo de nuestra pelota criolla: “¡Favor
que me haces!” -dijera Mon. Si la medida impuesta se hace extensiva a los
peloteros venezolanos que juegan en las organizaciones del beisbol de
ese país del norte, a esos compatriotas les corresponderá tomar una
decisión histórica para sus vidas. Esta extraordinaria situación
planteada por el propio Presidente gringo redimensiona los planes
internos, no sólo de nuestro primer pasatiempo nacional, sino del
deporte venezolano en general.
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EL SIEMPRE PETRÓLEO |
La
práctica del beisbol nace cuando llegan las compañías petroleras
de EEUU a comienzos del siglo XX en el estado Zulia. Los técnicos
petroleros gringos, quienes disfrutaban de un apartheid lujoso
(mientras nuestros obreros subsistían en barracas) practicaban este
deporte que luego fueron compartiendo con los nuestros en una
estrategia de colocarlo en Venezuela, que tuvo características
invasivas, tal y como sucedió en el norte de México y luego de la
llamada Segunda Guerra Mundial, en países como Japón, Hawai, Taipei,
Corea, Filipinas, Nicaragua, Borinquen, Quisqueya, Aruba, Curazao y
Cuba a los cuales invadieron o en donde tuvieron formas de
intervención. Venezuela tuvo un desarrollo pleno y exitoso con el
beisbol, cuando se jugaba de forma aficionada o amateur, tanto, que
se ganó el campeonato mundial celebrado en Cuba en 1941 y la medalla
de oro de los Juegos Panamericanos de Chicago de 1959. Empero la
táctica en la Patria de Bolívar fue profesionalizarlo, convertirlo
en un sitio para jugadores asalariados. La idea es que nacieran
equipos patrocinados por la empresa privada y luego asociados a
emprendedores convertidos en dueños de los clubes y así hacer su
práctica cada vez más dependiente del beisbol de EEUU, ubicando a
los deportistas criollos la meta de llegar a las llamadas Grandes
Ligas porque esto significa ganar muchos dólares. Esta fue la
táctica en el beisbol del Caribe
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¡QUE TIEMPOS AQUELLOS! |
La
llamada Liga Profesional de Beisbol Venezolano (LVBP) nace en el año
1946 con una creciente dependencia de la poderosa industria de
beisbol de los EEUU. Nótese que este parto ocurre 5 años después
de la obtención del campeonato mundial amateur, lo que nos indica
que aquel desarrollo de ligas y peloteros que jugaban el beisbol por
amor al deporte, sirvió luego a la empresa privada y a los gringos
para montar una organización profesional que fue aniquilando aquel
portento de pelota que tanta proyección sana dio al deporte
venezolano. Al inicio, los equipos de aquella incipiente liga
profesional estuvieron conformados por puros peloteros criollos y en
una corta fase por algunos del área del Caribe y México, hasta que
la organización de EEUU fue tomando las riendas definitivas. Uno de
los factores de dominio para esta forma de ocupación política, fue
el establecimiento del lenguaje en inglés. Por el lenguaje se
domina. Todas las denominaciones anglófonas generadas por la
práctica de ese deporte las tomaron dirigentes, jugadores,
comunicadores y narradores al pie de la letra. Gringofonías como Hit
(golpe), Doble play (doble jugada), Home (hogar), Home run (carrera
al hogar), two base (dos bases), infiel hit (golpe corto), short stop
(para corto), center field (jardinero derecho), manager (director
técnico) y muchas otras se hicieron del dominio de los dominados al
deporte que luego fueron transformados de aficionados a fanáticos.
Ningún jugador no-estadounidense tendrá éxito en los EEUU si no
domina el inglés.
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VICTOR DAVALILLO |
Desde
mediados de la década de los años 50 del siglo XX, los equipos de
la LPBV fueron conformados por puros peloteros gringos en su mayoría
y esto se acentuó con fuerza a partir de la década de los años 60,
lo que demuestra que esos jugadores extranjeros iban a Venezuela a
terminar su formación para luego colocarse en el mercado de su
beisbol (se comete el descaro de que los gringos llaman al beisbol
jugado en los países del Caribe: “beisbol de invierno”),
mientras que a los jugadores venezolanos les ha costado un mundo
jugar en la liga de su propio país y de la puerta de entrada al
beisbol gringo no han tenido nunca la llave. Otra variante de esta
colonización deportiva lo significa que una vez los peloteros
venezolanos se establecen en las llamadas Grandes Ligas deben tener
“permiso” de los equipos gringos para jugar en su país. Esta
medida deja a esos jugadores en el estatus de una mercancía. Otro
descaro es que se volvió costumbre que los peloteros gringos se
marchaban del torneo cuando les deaba la gana, afectando las
expectativas de los aficionados con sus equipos favoritos. El
estupendo pelotero venezolano Víctor Davalillo reconoció en una
entrevista concedida a Meridiano Televisión que en sus inicios le
costó mucho jugar en el equipo que lo contrató como profesional,
debido a que los puestos en el campo de juego los ocupaban los
peloteros gringos, dejándoles a los criollos los bancos de la cueva
(dogout). Testimonió este gran pelotero zuliano que sólo pudo jugar
cuando amenazó a los dueños con dejar al equipo y devolverse a su
casa. Hoy Davalillo tiene el record de más hit conectados en la LVBP de todos los tiempos y es el homenajeado para la temporada 2019-2020.
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MICHAEL JORDAN JUGÓ BEISBOL |
Ya
en la última década del siglo XX, los gringos ampliaron los cupos
de sus organizaciones para permitir una mayor fluidez de peloteros de
otros países en sus ligas y así dinamizar el mercado de jugadores,
aunado a que empresas como el basket, el soccer y el superbowl
compiten con ferocidad en la obtención de jugadores que los generan
los semilleros y las universidades. También se incluye en esta
realidad el hecho de que los países que tradicionalmente han
proveído a los jugadores gringos de estadios para su formación en
sus torneos, han visto mermada la posibilidad de manejar los dólares
como en los esplendores del siglo XX, lo que ha limitado las
contrataciones. Y un último factor es que al ampliarse el mercado
para los otros países, los gringos han permitido que esas ligas
colonizadas puedan poner a jugar a más jugadores del patio
(¿trasero?).
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BABE RUTH NUNCA JUGÓ EN VENEZUELA |
En
esas dinámicas de continuidad compleja que está viviendo Venezuela,
la guerra económica promovida por el gobierno de los EEUU y medidas
como las que pretenden afectar al beisbol venezolano, podrían más bien
beneficiar su práctica si se mira la situación con interés
endógeno. La medida de veto al beisbol venezolano condena a muerte
al ignominioso tutelaje de los EEUU sobre el beisbol, cuestión
de que a todas luces favorece a Venezuela. Los equipos pasarían a
contratar puros peloteros criollos de forma directa. Si los dueños
de los clubes deciden cancelar la LVBP, el Ejecutivo Nacional en la
persona del Presidente de la República Nicolás Maduro Moros puede
decretar la conformación de una Liga Amateur o Aficionada con los
mismos nombres de los equipos tradicionales, lo que significaría una
nacionalización de la Liga y la confiscación de los derechos de
propiedad sobre las divisas ya que las mismas utilizan el nombre de
regiones venezolanas. Cada nueva divisa estaría coordinada por un
equipo multidisciplinario. Por ende, Venezolana de Televisión y las
televisoras regionales tendría el derecho exclusivo de la
transmisión de los juegos. Los venezolanos y venezolanas pasarían a
disfrutar su beisbol, jugado por sus muchachos y si algún jugador
estadounidense o de otro país desea participar en los torneos venezolanos bajo
esta modalidad, sin duda que tendrá que romper con la pelota de los
EEUU. A los gringos como que no les conviene que esto pase pero ese
es problema de ellos. En Venezuela, la pelota se juega desde los indígenas; tiene origen ancestral y desde que esta modalidad gringa llegó a Venezuela (cuestión que se les agradece), se han
desarrollado los mejores campocortos de la Pachamama en todos los
tiempos, con los gringos estorbando; ¡Cómo será cuando no
estorben!
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